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viernes, 3 de enero de 2020

6 libros para iniciar el 2020.

La máxima felicidad del verano: leer y comer humitas (esa deliciosa masa de maíz cocida en su propia hoja).
Me he propuesto iniciar el año con algunas lecturas pendientes y otras que releo.
Si te animas, te dejo algunos links para que vitrinees. :

1. Hoy es importante de John Maxwell.
Hay muchos libros de ayuda personal,  ¿cuántos de ellos te enseñan a tomar pequeñas decisiones?  Porque si no podemos con las pequeñas ¿cómo podremos enfrentar una gran tarea? 
PDF
 O audio

2.Piense y hágase rico de Napoleón Hill.
Un libro antiguo pero que promete.


3. Una vida con propósito de Rick Warren
Lo he leído un par de veces, siempre descubro algo interesante que me anima. 

4. Tu mejor año de Michael Hyatt
En Google books

5. Todos somos teólogos de Sproul
https://www.academia.edu/37059824/Todos_somos_teologos?auto=download

6.  Y para cerrar el círculo virtuoso, sigo cada mañana releyendo el Nuevo Testamento, esta vez en versión NTV.
https://www.biblegateway.com/passage/?search=2+Corintios+1&version=NTV

Y tú, ¿leerás este año?

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Ahora tenemos esta luz 
que brilla en nuestro corazón, 
pero nosotros mismos 
somos como frágiles vasijas de barro 
que contienen este gran tesoro.

2 Corintios 4:7
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viernes, 27 de diciembre de 2019

Mis mejores deseos para este 2020.


Dios te dé un gran año, el mejor de tu vida. 
Que haya buena salud. 
Grandes alegrías.
Alguien que te ame sin condiciones (y te soporte en los días grises)
Dios responda tus oraciones y te ayude en las decisiones grandes o pequeñas.
Ruego en mi oración que la paz sea tu hábitat natural .
Siempre tengas una ropa agradable,  no falte un buen perfume  y una sonrisa en tu rostro.
Dios cumplirá su propósito en tu vida.
Sea glorificado su Santo Nombre por siempre.








lunes, 11 de abril de 2016

Proporción: el dinero.


Entre los evangélicos hay diversidad de opiniones en los tratos con el dinero, el éxito y las bendiciones económicas.
Algunos promueven la austeridad, la moderación y el recato como leitmotiv.
Otros el disfrute, la diversión, los viajes, ropa de modisto -en especial alguno de apellido extranjero-,  la buena mesa.
Algunos tienen manos abiertas para el derroche, regalan, donan, auspician cualquier proyecto por peregrino que se vea; a otros les dicen "mano de guagua" por su tendencia al ahorro y la modestia. Como dice un adagio "el que guarda siempre tiene".

El Evangelio de la Prosperidad  ha dividido aguas, esta corriente teológica  sostiene que Dios desea que seamos ricos, exitosos y felices. Por otro lado están los que se oponen a rajatabla contra todo lo que huela a buena fortuna.
¿Es tan terrible creer que es la voluntad de Dios bendecir sus hijos?
¿Es tan deleznable ser pobre y no alcanzar los sueños de riqueza que se desean aunque se trabaje "como chino"?
¿Dónde cabe la sobriedad que aconseja el apóstol Pablo?
¿Dónde aquello que Dios multiplicará tu siembra? (que obviamente tiene que ver con prosperidad material)

Ahí es donde se puede aplicar la ley de la proporción de la que hablamos anteriormente.
Lo detalla con brillantez el proverbista:
Oh Dios,
te ruego dos favores; 
concédemelos antes de que muera. 
Primero, ayúdame a no mentir jamás. 
Segundo, ¡no me des pobreza ni riqueza! 
Dame solo lo suficiente para satisfacer mis necesidades. 
Pues si me hago rico, podría negarte y decir: « ¿Quién es el SEÑOR?». 
Y si soy demasiado pobre, podría robar y así ofender el santo nombre de Dios. 
Proverbios 30:7-9 (NTV)

Tal vez algunos no estarán en completo acuerdo con esto, cada uno es dueño de vivir su vida según la revelación de Dios le conceda. Mi amiga S. sostiene que la medida de las necesidades de unos no es la de los otros.  No creo -me dice- que Dios desee que andemos a "pie peláo".
 
La bendición de Dios no es solo una suculenta cuenta bancaria y algunas propiedades en barrios top ; creo que eso es tan efímero como el verano que se fue,  apenas nos dimos cuenta cómo fue pasando y ya estamos en otoño con todo lo que significa.
No alcanzo a comprender a cabalidad la bendición de Dios,  un total tan amplio,  tan profundo, enorme, inextricable que no puedo sino darle gracias en cada momento.  Solo percibir su cuidado y provisión a través de los años, su amor innegable, su revelación  al espíritu...casi me quedo sin palabras.





(Ilustración Mafalda, gracias a Quino)

lunes, 15 de junio de 2015

Pecados financieros: avaricia.

Quería tenerlo todo, mi amiga Beatriz.
Un gran automóvil, buena casa con piscina, un departamento en alguna playa top para rentar si alguna vez llegaba la vejez y la mejor jubilación. Joyas de oro, porque el papel se desvaloriza, me decía.
Trabajaba para eso.
Largas jornadas laborales, desde antes que saliera el sol hasta muy entrada la noche.

Su hermana contrajo matrimonio con un buen hombre que la amaba. Su patrimonio ascendía a dos hijas encantadores, una casa heredada de sus suegros, un perro fiel y una gata independiente.

Beatriz rara vez asistía a los cumpleaños de sus sobrinas a pesar de las insistentes invitaciones, rara vez llegaba con algún regalo.
Los fines de semana se encerraba en casa a trabajar en el PC, observar los movimientos de la Bolsa de Santiago y dedicarse a cuidar sus joyas, pinturas y antigüedades de alto valor.
El “único despilfarro” –según sus palabras- era comprar crema anti-age de buena marca. No usaba jabón porque resquebrajaba la piel y mantenía un control férreo sobre los gastos.

Con apenas 42 años le diagnosticaron un aneurisma cerebral que -sin aviso- le descontroló la vida, felizmente sin consecuencias fatales.
Hoy sus días transcurren entre los controles médicos, las sobrinas la han adoptado para turnarse atendiéndola con dedicación de Florence Nightingale y las tardes bucólicas en la casa de su hermana, alejada del "mundanal ruido". Lejos está aquel tiempo de codicia y desmedido amor por las riquezas.

La visito en ocasiones, aún tiene rasgos del antiguo hábito, ciertos tics que conservan las personas avaras, pero el amor y los cuidados familiares producen milagros.
Tal vez con el cariño constante de su hermana y el tiempo pueda ser dichosa más allá de las posesiones materiales que –por cierto- ayudan pero no son el único leitmotiv de una sana existencia.


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También les dijo: 
«Manténganse atentos 
y cuídense de toda avaricia, 
porque la vida del hombre no depende
 de los muchos bienes que posea.»


El Señor Jesús lo dijo en: Lucas 12:15

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viernes, 11 de octubre de 2013

Jardín de alcachofas

Cruzamos la frontera invisible entre la ciudad y el campo,  nos adentramos a las espaciosas casas del Valle Elqui, Norte de Chile.
Abundancia excepcional, tierra plena de verde -aunque algunos aseguran que el desierto avanza hacia el Sur-, bordeada por pequeñas piedras pulidas con el tráfico de camiones que llevan su carga a los centros urbanos.
De pronto aparece el jardín, o más que eso, un amplio huerto de ensueño, un espacioso terreno abundante de alcachofas,  en el “peak” (*) de su esplendor.
Un regalo excepcional.
Mis amigos invitan a la cosecha y mientras me inclino sobre las matas les pregunto si recolectan todo a mano.
Sí, me responden, una por una, bajo el candente sol o la grata neblina. Una a una, todos los días hasta dejar solo las ramas mustias.
Desde hoy comeré con más respeto los productos de la tierra, en especial aquellos obtenidos de manera artesanal, sacrificio incluido.
Agradecida de aquellas mujeres ignoradas que proveen para mi mesa de ciudad la abundancia de la tierra y -si bien es cierto que Dios la hace germinar-, no es menos cierto que ellas colaboran en mi bendición.


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Así como la lluvia y la nieve
descienden del cielo,
y no vuelven allá sin regar antes la tierra
y hacerla fecundar y germinar
para que dé semilla al que siembra
y pan al que come,
 así es también la palabra que sale de mi boca:
No volverá a mí vacía,
sino que hará lo que yo deseo
y cumplirá con mis propósitos.


Isaías 55:10:11 (NVI)
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miércoles, 6 de octubre de 2010

Dar al César.

Hace algún tiempo que mi amiga R. anda con la idea de montar una mini-pyme, o sea, una pequeña empresa. El asunto que la traba es eso de los impuestos, permisos municipales y otras fatigas afines, como la iniciación de actividades, el timbraje de boletas, las declaraciones mensuales, el libro del IVA, la autorización del Sesma  y demases. 
Mucho para su inexperta cabecita. En especial sobre temas tributarios.
Bueno, le digo, busque  asesoría. Y me he quedado pensando.

Solamente con el IVA le damos una quinta parte de nuestra vida al Estado, sin tomar en cuenta el impuesto a la herencia, a los combustibles, a bienes raíces, a la renta, en fin, si hay algo que saber en la página de SII está todo.
Oye, si hasta por respirar ya se cobra. Dime si no, días atrás nació un niño. A los padres les costó la bagatela de medio millón de pesos (traducido a dolores…digo, a dólares  unos 1.000)

“Los impuestos son cargas obligatorias que las personas y empresas tienen que pagar para financiar el estado. En pocas palabras: sin los impuestos el estado no podría funcionar, ya que no dispondría de fondos para financiar la construcción de infraestructuras (carreteras, puertos, aeropuertos, eléctricas), prestar los servicios públicos de sanidad, educación, defensa, sistemas de protección social (desempleo, prestaciones por invalidez o accidentes laborales), etc .” (Eso es lo que dice la wikipedia)

Rendirse a la evidencia que es un mal necesario. Solo rogar a Dios por los gobiernos que sean sabios e íntegros…una cuestión de fe, no más.

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Paguen a cada uno lo que le corresponda:
 si deben impuestos, paguen los impuestos;
si deben contribuciones, paguen las contribuciones;
al que deban respeto, muéstrenle respeto;
al que deban honor, dénle honor.

 No tengan deudas pendientes con nadie,
a no ser la de amarse unos a otros.
De hecho, quien ama al prójimo ha cumplido la ley.

Romanos 13:7-8 NVI

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Servicio de Impuestos en Chile: