Mi amiga Lucy acaba de llegar del médico.
Entre todas las buenas noticias me dice que la encontraron sana de su úlcera (producto del estrés) y que el doctor –que a veces suele tratarnos bien-, le recomendó que tomara leche de alpiste.
¿Alpiste?, le pregunto. ¿No querrá que además cantemos como canarios? Se ríe la Lucy. Sip, me dice, es por lo del colesterol alto, según él es muy bueno comer semillas.
Vaya, y si Dios ya nos había indicado que comiéramos granos ¿por qué le porfiamos tanto con la carne?
Ay, me dice Lucy, es que es tan rico un trozo de buen asado.
Habrá que creerle, en especial por esto de la próximas Fiestas Patrias, donde nadie se libra a menos que se encierre bajo candado (y tire la llave).
¿Por qué no probar la receta del Doc.?
Mal no creo que haga y tal vez descubramos una buena alternativa para purificar el organismo.
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"Así como la lluvia y la nieve
descienden del cielo,
y no vuelven allá sin regar antes la tierra
y hacerla fecundar y germinar
para que dé semilla al que siembra
y pan al que come,
así es también la palabra que sale de mi boca:
No volverá a mí vacía,
sino que hará lo que yo deseo
y cumplirá con mis propósitos. "
(Palabra de Dios en Isaías 55:10-11 NVI)
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Aquí puedes ver cómo se prepara:
http://www.youtube.com/watch?v=SvPezykMpBQ&feature=related
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