viernes, 23 de agosto de 2024

Cerrar.

 He pasado por un pequeño negocio donde a veces compraba buen pan. 

La cara de los dos que desmantelaban es de tal abatimiento que casi me echo a llorar en plena vereda.

¡Cuántos sueños !

¡Cuántos días de desvelo!

¡Cuánto capital tirado a tacho de las pérdidas!

¡Cuánto esfuerzo para llegar a este día que nunca previeron!

Sé lo que duele cerrar puertas que una vez se abrieron con grandes esperanzas.

Sé lo que es sentarse a empacar los restos que nadie quiso. 

Algunos dirán que "así es la vida" y tendrán razón.

Se aprende la cautela y la desconfianza para emprender de nuevo.

Se aprenden muchas cosas cuando cerramos una puerta, pero eso no lo hace menos doloroso. 

Espero que a esta joven pareja no le queden muchas cicatrices ni muchas deudas.

Ruego a Dios.