Mi amiga Cristi fue hace un tiempo al psicólogo.
Eternos desvelos, presentimientos malevos, a veces no deseaba salir de casa, crisis de pánico, en fin, tú sabes, esos estados del alma que los devotos de Dios curamos con oración y ayuno; los no creyentes gastan grandes sumas en pastillas y doctores; a veces ni eso les resulta.
El psicólogo le recetó descanso, unas gotas para dormir, ejercicio constante y jardinería.
Eso mismo, hacerle a la botánica.
Mi amiga es bastante aplicada y se inició con entusiasmo en el arte de la tierra, las macetas, datos de semillas, lecciones en YouTube, todo un mundo por descubrir.
Y he ahí la tenemos, en un breve tiempo su pequeña casa de villa clase media llena de tierra de hojas, la entrada parece selva amazónica, plantas hasta debajo del comedor, al lado de la tele o en las repisas del baño; la naturaleza no deja de crecer y multiplicarse. Una vez que empiezas no sabes dónde parar.
Del psicólogo nunca más se supo, las crisis de pánico pasaron a la historia.
Ahora da lecciones de botánica a centros comunitarios, clubes de adultos mayores; toda una experta, se ha dedicado a las infusiones, los jugos verdes y poquita carne.
El Señor pone a nuestra disposición el mundo natural; un poco de disciplina personal, dedicación y ganas darán los mejores resultados.
(Por cierto, esos tomates cherry son de su jardín.)
-----------------------------------------------------
Todo lo que se mueve y tiene vida
les servirá de alimento,
lo mismo las legumbres que las plantas verdes.
Yo les he dado todo.
Génesis 9:3
----------------------------------------------
4 comentarios:
Me alegro de que resultara bien. Un beso
Así es, Susana.
Un gran cambio.
Buen fin de semana
Felicitaciones
No hay mejor placer, comer lo que uno ha cosechado.
Un granito de arena verde, bajar el consumo de carnes; e incentivar en la comunidad el autocultivo.
Y genial que su salud mental sano.
Abrazo
Tengo varias amigas que huertean.
Es un placer, sin duda.
Buen fin de semana, Carlos.
Publicar un comentario