Nuestro país tiene un día para celebrar sus comidas, 15 de abril.
Mi madre hacía un maravilloso "ulpo" de harina tostada, leche y miel con el que me despertaba en las frías mañanas del Sur; donde llueve (o llovía) la mayor parte del año y se necesitaban carbohidratos.
Mi madre hacía un maravilloso "ulpo" de harina tostada, leche y miel con el que me despertaba en las frías mañanas del Sur; donde llueve (o llovía) la mayor parte del año y se necesitaban carbohidratos.
Luego ponía a cocer un pedazo de osobuco para hacer una cazuela de vacuno. El perfume del cilantro llenaba la casa y se confundía con el aroma del caldo enjundioso que hervía un par de horas.
La mesa familiar era sencilla, con apenas tres comensales; nunca faltó el pan amasado y la armonía necesaria para ingerir cualquier alimento.
Celebrar a Chile en sus comidas es recordar la infancia, la sencillez para vivir, nada tan gourmet, la huerta nos regalaba directo de la tierra sus perfumes. Aves de corral para un buen caldo o un pollo al jugo escabechado hacían la delicia de los domingos, sagrado el descanso después de una ardua semana de estudio o trabajo.
Cuando llegó la tele el mundo cambió. Qué decir de la Internet. Aprendimos otros sabores, experimentamos a otras culturas, nos aficionamos a la comidas asiáticas, árabes, gringas, japonesas.
Ninguna tiene reminiscencias de lo que fuimos.
Y eso también cuenta a la hora placentera de alimentarse.
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Una completa página de comidas chilenas:
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El que da alimento a todo ser viviente,
Porque para siempre es su misericordia.
Alabad al Dios de los cielos,
Porque para siempre es su misericordia.
Salmos 136:25-26
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