"Aclárame, por favor,
Dios de las galaxias,
Hazme un meteorito,
O bien una metáfora. . ."
(Elizabeth Jennings)
Es tiempo de podar las rosas.
Mientras curioseo el jardín y organizo el trabajo, miro las nubes -como los pájaros-, siempre en movimiento.
Como Dios de quien Jesús dijo: “Mi Padre hasta ahora trabaja y yo trabajo”
Las nubes cambian según las mueve el viento y en ellas se lee la inmensidad del universo más allá de nuestros pequeños ojos que van perdiendo la nitidez y la luz.
Más allá de nuestras adversidades y lágrimas el universo se mueve por la mano que lo preserva, el que nos ama y nos busca.
Me siento observada -me ruboriza saberlo-, tomo las tijeras para inclinarme a podar las rosas.
¿Quién soy para que fijes en mí tu mirada y se detenga en estas deslucidas manos?
6 comentarios:
He estado pensando en lo que es "trascender" por un trabajo que revisé en el que se habla de este concepto. Ir más allá de una misma, de la familia, de la circunstancia, del momento presente. Mirar al cielo invita a pensar en el tamaño que tenemos; también me pasa mirando al árbol frente a mi casa: ahora está lleno de hojas.
Qué lujo, Ojo Humano: no sólo hay un buen texto y una buena imagen sino que además hay movimiento. Maravillas de la ciencia.
Para mí es algo evidente: sólo con contemplar la naturaleza sabemos que Alguien la ha diseñado, que no es sólo azar. Un buen atardecer, un buen bosque, un buen mar pueden acercarnos más a Dios que muchas horas de reflexión.
Disfruta de tu otoño, es un tiempo maravilloso.
Estimada Silvia, he descubierto nuevamente el cielo (el físico) en este otoño, las nubes han estado fantásticas.
Darse cuenta de nuestra pequeñez y valor para Dios es una revelación que me alegra los días.
Buen fin de semana.
Disfruta tus árboles verdes, aquí se van colocando de un café muy bello.
..
Gracias, Fernando.
Como siempre tienes una palabra de afecto que aprecio mucho.
Y tienes mucha razón, una medita mucho y le da vueltas a los asuntos cuando basta mirar el cielo o los árboles y todo está bien, la alegría vuelve y la paz.
Feliz tu primavera, un regalo con esa ciudad hermosa que habitas.
Me gusta ver la vida con tus ojos. Un beso
Gracias, Susana.
Me alegra que desde este tan lejano lugar te sirva lo que escribo.
Te recuerdo y ruego por tu salud.
Bendiciones.
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