Escribir, qué gran verbo. Qué gran oficio. Qué gran trabajo.
Mi madre decía que escribir es tarea de Dios y que Él sopla la inspiración sobre los seres humanos.
Vaya.
Escribir, del latín scriber.
Arañar, raspar, hacer incisiones.
Grabar con punzón.
Tal vez porque los antiguos dejaron sus huellas en la madera, la piedra, los huesos, los cueros, las tablillas.
Una marca para la posteridad.
¿No es lo que pretendemos todavía?
Dios escribió sobre piedras.
Sopló al oído de los profetas.
Escribió en la arena.
Me siento inútil cuando no logro asir aquel pensamiento que me atrapó.
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