Enero no puede existir (o sería muy fome) sin este genial invento. Las recetas se multiplican de generación en generación, básicamente es choclo, cebolla y albahaca, un poco de sal y aceite o grasa de algún tipo.
Cuando el choclo está en su peak, se pueden cocinar y congelar, su precio no excede el medio dólar cada una. Más barato, imposible.
Laboriosa sí, lo reconozco, ¿qué comida rica no lo es?
Aquí va una receta sencilla:
12 choclos
1 cebolla
3 cucharadas de aceite o manteca.
Albahaca al gusto.
Sal.
Hilo de pitilla (o plástico) para amarrar.
Manos a la obra:
Lavar los choclos, córtalos para separar las hojas más grandes, reservarlas.
Cortar los granos y moler en licuadora o rayar.
Sofreír la cebolla, poer sal y albahaca. Unir con el choclo licuado.
Hervir agua con sal en una olla grande.
Colocar dos hojas encontradas a modo de envase y poner la masa, plegar, atar bien y cocer una media hora a fuego medio.
Sacar, reposar unos 5 minutos y disfrutar con ensalada de tomates.
(Particularmente las consumo espolvoreando un poco de azúcar, cuestión de gustos.)
Es una comida natural, sencilla, deliciosa y económica.
Ruego a Dios que nunca falte pan y paz en tu mesa.
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El Señor sacia la sed del sediento
y colma con buena comida al hambriento
Salmos 107:9
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Te dejo un vídeo si te interesa:
3 comentarios:
¡Qué rico! Es una especie de tamal... me llama la atención que lo ubiques -y supongo que los demás por allá- como veraniego :)
Sí, las humitas son tamales "pobres". No tienen carne ni tomates.
Pero son igual de ricas.
Y sí, estamos en un verano maravilloso, con calor, un poco de lluvia que ha refrescado y maíz 'se puede pedir más?
Solo que fuera verano sin pandemia XD
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