viernes, 16 de julio de 2021

Historias del Apocalipsis (parte tres)

 

Juanita salió  en la mañana corriendo de su casa en camisón. 
Lograron encontrarla en la pequeña plaza del pueblo hablando con las personas que pasaban.
Este mundo, les decía, se terminará. Dios me ha mostrado un gran árbol que crecía hasta el cielo, una mano lo tomaba del tronco y empezaba a mecerlo de tal manera que sus hojas llenaban la tierra. Luego volvía a agitarlo y caía ceniza sobre las hojas dejando la superficie gris y seca, sin posibilidades que creciera de nuevo la hierba o los hombres pudieran habitarla.
Por favor, gritaba, vuélvanse a Dios antes que esto suceda.
Cada persona se maravillaba que una joven tan bella se hubiera trastornado de esa manera. 

Afortunadamente la casa paterna era amplia, la confinaron en una pieza con llave.

Pasaron los años y la noticia se viralizó en los medios, el volcán Chaitén  hizo erupción,  dejó la tierra inhabitable por años, llena de lava y cenizas. Se perdieron  bienes, cosechas y animales; una de las grandes tragedias de los últimos años. 
No sé si la tierra sufrirá esos desastres alguna vez o si las visiones de Juanita eran proféticas o producto de su trastorno temporal. El mundo ha soportado cataclismos de toda índole en casi todos los continentes, Dios nos mire con misericordia si alguna vez suceden en nuestras tierras. 



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Y en los postreros días, dice Dios, 
Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, 
Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; 
Vuestros jóvenes verán visiones, 
Y vuestros ancianos soñarán sueños;

Hechos 2:17

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2 comentarios:

Susana Moreno dijo...

Parece que tenía razón. Un beso

ojo humano dijo...

Así lo veo con el tiempo