Dicen que renunciar a ciertas comidas le hace bien al cuerpo.
Y al espíritu, sin duda.
En nuestra comunidad hemos iniciado esta disciplina por 21 días, como lo hizo el profeta Daniel:
"No comí manjar delicado, ni entró en mi boca carne ni vino, ni me ungí con ungüento, hasta que se cumplieron las tres semanas."
Daniel 10:3
No hay comentarios:
Publicar un comentario