"¡Que el Señor te bendiga, y te cuide!
¡Que el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti,
y tenga de ti misericordia!
¡Que el Señor alce su rostro sobre ti,
y ponga en ti paz!"
¡Que el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti,
y tenga de ti misericordia!
¡Que el Señor alce su rostro sobre ti,
y ponga en ti paz!"
Números 6:23-26
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Cuando vuelvo a casa
La luna se levanta en Los Andes
A veces plena, a veces naciente.
Cuando vuelvo a casa
Resplandece en mi cara
La bendición postrera.
Cuando vuelvo a casa
Ha sido reparado mi maltrecho corazón
Entre el altar y la puerta
Entre las alabanzas y el sermón
Entre los abrazos y saludos
El amor ha cubierto infinidad de faltas.
Aunque el mundo se caiga a pedazos hay un amor que restaura.
Cuando vuelvo a casa
La bendición resplandece.
2 comentarios:
Me parece curioso que la Luna te inspire este poema, Ojo Humano. Creo que es fácil ver a Dios en el Sol, con su fuerza, con su luz, con su calor. Pero creo que nunca vinculo la Luna con la bendición de Dios. Tendré que fijarme más en esto.
En todo caso, es bonito que al anochecer sientas que todo vuelve a estar en orden, por muchos problemas o errores que haya habido durante el día.
Nuestras reuniones son cuando atardece, Fernando. A la salida la luna brilla, regresamos a casa de noche. Vuestras iglesias hacen su reunión de mañana, los evangélicos están cambiando de a poco los horarios.
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