Mi abuela Juanita fue una mujer excepcional, fuera de serie, una vida de esas que podemos recordar sin rubores, digna del género humano.
Mi abuela Juanita vio visiones del apocalipsis cuando la gente ni pensaba en el cambio climático, la capa de ozono, el desastre ecológico y todos esos temas que desvelan a las mentes lúcidas. Vio destellos brillantes de un mundo azotado por la naturaleza, un árbol mecido que esparcía cenizas y dejaba la tierra imposible de sembrar, tal como ha sucedido con la erupción de nuestros volcanes.
Mi abuela Juanita soportó el estigma de “trastornada”, “fanática” y “excéntrica”. A mediados del siglo pasado sus mensajes alertaron a los habitantes del Sur, pero muy pocos tomaron en serio sus palabras. Tan linda –decían- , y tan loca. Los tiempos presentes confirman sus visiones.
Mi abuela Juanita fue cristiana devota hasta su muerte, ocurrida
exactamente como se lo solicitó al Padre Dios, quería estar solo 10 días
en cama -para ordenar papeles- antes de morir. Quería estar rodeada
de sus hijos. Así sucedió, al día décimo se recostó sobre su almohada de
plumas "ahora -dijo- me vendrán a buscar" y se quedó quieta esperando.
Mi abuela Juanita vio los ángeles que venían a buscarla el día de su viaje interestelar, llevada a la otra dimensión con una sonrisa y una canción de alabanza a Dios en sus labios. “A los ojos del Señor es muy valiosa la muerte de quienes lo aman.”, escribió el salmista. (Salmos 116)
Mi abuela Juanita no sabe (o tal vez lo sabe) que yo he solicitado lo mismo, ver la realidad del mundo invisible, estar saludable hasta la hora de partir, dejar una herencia de fe y devoción a las generaciones futuras.
(Fotografía de la erupción del Volcán Puyehue, Chile)
(Escribo este post para Tammy, con todo mi cariño, esperando verte pronto)
4 comentarios:
Conforme con lo de la muerte rápida, Ojo Humano. No tengo miedo a morir pero sí a las largas enfermedades. Mi padre murió tras sólo 3 semanas de enfermedad y mi abuela tras sólo 1 semana, espero que a mí me ocurra igual.
Lo de las visiones da algo de miedo, Ojo Humano. Es muy difícil separar la santidad de la locura. Seguro que tu abuela vio realmente a los ángeles, así le ha ocurrido a muchos santos, pero si yo viera uno temería que fuera una tentación del diablo o una neurosis.
Seguro que está orgullosa de ti. Un beso.
Dios conceda tu petición, Fernando. Los latinoamericanos somos más dados a los expresiones místicas, las aceptamos con naturalidad, siempre que no nos aterroricen.
Susana, gracias. Siempre leyéndote.
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