Caso uno:
Ignorante de todos los métodos anticonceptivos –no se había desarrollado la planificación familiar- engendró de su primera relación de amor, esperaba que prosperara. Cuando le comunicó sus tres meses de gestación, el hombre tomó el camino de ida lo más lejos posible. ¿Susto? ¿Temor?, no se supo nada de él jamás. Aguantó el estigma de madre soltera, la reprimenda de mi abuela y la carga de trabajar para alimentarnos. Juanita se encargaba de la casa, mamá salía al trabajo, a pesar de las carencias, mi infancia fue feliz. Tal vez un padre hubiera completado el círculo, nunca lo sabré.
Caso dos:
-Vas a trabajar solo para pagar- dice la madre.
-Ya, no moleste- contesta el muchacho.
-¿Cómo vas a alimentar otro hijo?- responde ella.
- Es cosa mía ¿no?
Veinticuatro años, tres hijos en tres diferentes madres, una cuarta en prospecto. Tres pensiones alimenticias que se llevan un considerable porcentaje de su sueldo. La madre no avizora un futuro económico en la vida de su hijo, más aún, con las nuevas leyes de filiación, tal vez termine cancelando ella con su mediocre salario.
Caso tres:
-Vecina- le dije, - lleve a la niña al Consultorio para que le coloquen un tratamiento anticonceptivo.
-¿Cómo se le ocurre?-, respondió ella, eso sería darle una autorización para que se acostumbre al sexo libre (ya lo había practicado, una bebé en casa, padre desconocido).
Hoy la muchacha –bastante mayor- cría ¡cinco! (no exagero ni miento) niños de diferentes padres.
*
Según las últimas noticias, los chilenos nos destacamos en la concepción “libre” (ese es un eufemismo), o sea, sin boda-matrimonio-papeleo-bendición eclesiástica-fiesta-ni compromiso del padre, a veces también de la madre.
La noticia se puede leer aquí:
http://www.publimetro.cl/nota/cronica/ocde-chile-lidera-lista-de-paises-con-hijos-nacidos-fuera-
----------------------------------------------------------------------------
Es el Dios
que hace habitar en familia a los solitarios
y saca a los cautivos a prosperidad;
Salmos 68:6
---------------------------------------------------------------------------------
3 comentarios:
Por lo que veo, Chile y España han cambiado en el mismo sentido. Cuando yo era niño aún vivía Franco y era impensable que nadie se casara sino era por la Iglesia Católica, que nadie se fuera a vivir con su novio si no estaba casado y que nadie tuviera hijos fuera del matrimonio. Por supuesto, nadie se divorciaba porque no lo permitía la Ley. En sólo 50 años (poco tiempo en la historia de un país) todas estas ideas han sido pulverizadas.
No creo que haya reglas fijas, al menos por lo que yo he visto. Ahora hay hijos de madres solteras cuyo padre ha desaparecido y que crecen muy bien, muy bien educados, felices, y hogares tradicionales donde los hijos son desgraciados y mal educados. También hay los casos contrarios, claro. Al final rige la regla elemental: si los padres (o la madre sola) son egoístas el resultado es malo, y si son generosos el resultado es bueno. Aunque en todo hay excepciones.
Es duro criar un hijo sola pero es peor matarlos como hacemos en España. Un beso.
Fernando, es verdad, el mundo en pocos años ha cambiado, algo para bien y algo no tanto y algo para mal. Hay que aprender a convivir.
Sí, Susana, yo crecí sin padre y para mamá (que murió soltera) fue muy trabajoso, bueno, yo ayudé un buen tiempo a las tareas del hogar. Y sí, si mamá hubiera abortado tendrías una lectora menos. Besos.
Publicar un comentario