" Habla con la tierra y aprenderás;
y con los peces del mar y ellos te lo enseñarán también.
y con los peces del mar y ellos te lo enseñarán también.
¿Cuál de todas esas criaturas no sabe
que la mano del SEÑOR ha hecho esto?"
que la mano del SEÑOR ha hecho esto?"
(Libro de Job 12:8-9)
Si hay algo que nos identifica a los chilenos es la poesía.
Somos buenos para el verso.
Y los poetas mapuches no lo hacen nada de mal.
Nos recuerdan el Sur, la tierra, las altas araucarias, los verdes eternos, el sonido ancestral de las aves que anuncian la lluvia o el viento que cuenta historias de generación a generación, tantas que a veces las olvidamos entre el cemento y los rascacielos de la ciudad.
La poesía mapuche (como casi toda la del mundo), nos regresa a lo que fuimos, evoca en nosotros la infancia y la nostalgia de una época que cada uno guarda como un tesoro invisible en la memoria.
Nos recuerdan el Sur, la tierra, las altas araucarias, los verdes eternos, el sonido ancestral de las aves que anuncian la lluvia o el viento que cuenta historias de generación a generación, tantas que a veces las olvidamos entre el cemento y los rascacielos de la ciudad.
La poesía mapuche (como casi toda la del mundo), nos regresa a lo que fuimos, evoca en nosotros la infancia y la nostalgia de una época que cada uno guarda como un tesoro invisible en la memoria.
La poesía no nos abandona ni nos da tregua.
WENU MAPU TAÑI PIEL
Tripay lafken kvrvf
Mawvnay mawvnay wirari ñi foro
tukukan kay kutran kvlelu kechiley
apolkey rakizwam mew wampo
tromv reke ta penoykey
wenu ko mew
Tripay lafken kvrvf
ka wayzvfyey ti pu wampo
wente Llayma mew
Mawvnay, may, feypi ti nvmvn
nvrvflu tañi wvlgiñ mawizantu mew
Ka alof Wenu Mapu peñif
nvlalu ñi kallfv witrunko
ka witra pvrayey ti logko ketran
wikeñigvn!, allkvfiñ, ayvwkvleygvn!
SEÑALES DE LA TIERRA DE ARRIBA
Salió el viento del mar
Lloverá lloverá gritan mis huesos
y los sembrados que parecen enfermos
cargan de ensueños los botes
que como nubes navegan
en el agua del cielo
Salió el viento del mar
y se han volcado los botes
sobre el Llaima
Lloverá. sí, dice el aroma
cerrando sus puertas en el bosque
Y veo la luz del cielo
que abre sus vertientes azules
y las espigas levantan sus cabezas
¡silban!, las oigo, ¡jubilosas!
Lloverá lloverá gritan mis huesos
y los sembrados que parecen enfermos
cargan de ensueños los botes
que como nubes navegan
en el agua del cielo
Salió el viento del mar
y se han volcado los botes
sobre el Llaima
Lloverá. sí, dice el aroma
cerrando sus puertas en el bosque
Y veo la luz del cielo
que abre sus vertientes azules
y las espigas levantan sus cabezas
¡silban!, las oigo, ¡jubilosas!
(Poema de Elicura Chihuailaf ( Chile, 1952), poeta en mapudungún y en español.
Fotografía del Volcán Llaima)
Fotografía del Volcán Llaima)
2 comentarios:
Qué bonito, Ojo Humano.
No tengo mucha sensibilidad para la poesía, aunque este poema me gustó. En el colegio nos obligaron a leer mucha para cogerle gusto, pero en mi caso no tuvieron éxito. Leo mucha novela y algo de historia, pero este es un mundo inexplorado para mí.
Bellísima la foto.
Tienes razón, Fernando, es una lástima que nos echen a perder el gusto. A mí me pasó con las Matemáticas, cuando las descubrí lamenté el tiempo perdido, las Matemáticas me cambiaron la percepción del mundo.
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