2016 ¿qué huellas iremos dejando?

Al fin de un año ¿qué queda en el ambiente?
La alegría o la amargura, tal vez ambas en una extraña simbiosis.
La bondad o el odio.
El miedo que corroe los sueños.
¿Quién recuerda la ira de Calígula contra los cristianos? 
¿ O la violencia de Atila exigiendo riquezas? 
¿O Carrera fusilado? 
¿O Chile perdiendo Laguna del Desierto? 
O...en fin, millones de actos olvidados en páginas de estantes polvorientos.
¿Quién lee la historia del mundo por estos días, aparte de los prisioneros del pupitre?

Jesús el Cristo cambió  la historia con un solo acto, dejarse crucificar. 

¿Cómo me recordarás?
 El poeta decía, "eras la boina gris y el corazón en calma" (*)
Todos llevamos dentro mil imágenes de los que recordamos. Este año incorporaremos otras...y otras.

Pero ¡Dios! ¿qué queda en la exuberancia de actos grandes o pequeños?

¿Qué escribes en tu libro digno de anotarse?
Una marca, un punto, un acto de nobleza, una huella, una fecha, una intención malhadada...

Tal vez apenas esté escrito mi nombre en ese libro.
Para mi con eso bastaría.

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Ciertamente David (el rey), 

después de servir a su propia generación conforme al propósito de Dios,

 murió, fue sepultado con sus antepasados...

Hechos 13:36 

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(*) Poema VI de Pablo Neruda.