En nuestra clase de domingo estudiamos el capítulo 19 de Apocalipsis.
Grandioso es un adjetivo insuficiente para tan sorprendente esperanza que se revela con amplitud a nuestra comprensión.
Que tú y yo estemos en ese tiempo y espacio de la eternidad no es improbable o hipotético.
Más bien es la asombrosa esperanza con la que concluyen los últimos capítulos de la Biblia:
“También oí una voz que parecía el rumor de una gran multitud, o el estruendo de muchas aguas, o el resonar de poderosos truenos, y decía:
«¡Aleluya! ¡Reina ya el Señor, nuestro Dios Todopoderoso!
¡Regocijémonos y alegrémonos y démosle gloria!
¡Ha llegado el momento de las bodas del Cordero!
Ya su esposa se ha preparado, y se le ha concedido vestirse de lino fino, limpio y refulgente.»
Y es que el lino fino simboliza las acciones justas de los santos.
Entonces el ángel me dijo:
«Escribe: “Bienaventurados los que han sido invitados a la cena de las bodas del Cordero.”»
Y también me dijo: «Éstas son palabras verdaderas de Dios.»
2 comentarios:
Casi nunca leo el Apocalipsis, Ojo Humano: me resulta de muy difícil comprensión. Sé que es un error y que hay libros que lo explican bien, paso a paso, pero eso es lo que hay.
Qué hermoso, el texto que copias. Gracias.
Atrévete, tiene una gran bendición al inicio "bienaventurado el que lee" (1:3)y leyéndolo se va entendiendo...no totalmente, claro está, pero es una gran lectura, nos ha hecho muy bien a nuestra vida cristiana.
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