Me he aficionado al fuego.
Compré una bolsa de carbón.
Compré una bolsa de carbón.
Entre todos los regalos de antaño encontré una gran paila de fierro. Un brasero improvisado sirve para paliar el frío de junio, bastante intenso y lánguido.
El calor viene a animar un poco la tarde.
Sobre el brasero una tetera con agua para cebar un mate con menta.
Un pan tostado con mantequilla y una buena música ¿será así el cielo?
Ah, brasero la tarde fría huye
entre el color de tu mirada
y la tibieza de tu entorno;
te das en calor
como un día de verano
sin jactancia ni caprichos.
*
4 comentarios:
Suena agradable. Un beso
Así es, Susana.
Gracias por el fuego
Que grato relato, transmite tranquilidad y buena armonía.
Saludos
Gracias, Carlos.
Muy honrada con tus palabras :)
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