Azar.

 ¿Existe el azar?

Y si existe ¿en qué consiste?

Un árbol, un minuto, una cámara, un ojo que mira y ahí está.

¿Qué llama la atención al ojo? 

En la calle hay cientos de árboles, pero este es el elegido; no es más bello que los otros, ni más frondoso, no tiene tanta gracia como el pino oregón o la patagua que están cerca. De este se ha enamorado la cámara, tal vez porque se ve indefenso, desnudo, indemne, expuesto a la cambiante luz y al frío que congela; o quizás porque crece sin ton ni son, libre y sin barreras. 

Un árbol entre los  millones de árboles. que se yerguen en las calles, como mi vida, común, ignorada para los habitantes de la ciudad, en una calle cualquiera, solo un ojo me mira y me saca una foto para la eternidad.

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¿Quién soy yo, Dios, el Señor, 

y qué es mi familia 

para que me hayas hecho llegar hasta aquí?

1 Crónicas 17:16

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