Me preguntó una amiga “¿cuál es tu palabra favorita?”
Por un momento quedé en suspenso, son tantas y tan variadas ¿cómo podría elegir solo una?
Todas las palabras tienen una historia que contar, más allá de su belleza, el sonido, la forma, el significado o la asociación mental que tenemos de ella.
Pienso que tal vez la más bella sea Gracia.
Fonéticamente es breve, tiene la letra r incorporada (me gustan las palabras con erre), sin embargo lo que me atrapa es lo que significa, aunque –debo confesar- todavía no la comprendo completamente.
Tengo de las palabras esa aproximación intangible, un ligero esplendor.
A veces se dejan ver, otras se esconden como el cielo entre nubes.
Hay días que todo es tan claro y luego pierdo la luminosidad como si mis ojos estuvieran debilitándose.
Me siento debajo de la parra que hoy apenas tiene unas hojas secas y sé que debajo de esa marchitez está la savia trabajando a mil.
Tantas veces la he dicho “gracia”, tantas veces la he escrito en el PC, en mis cuadernos, con letra imprenta o cursiva, la he paladeado, la he dibujado, he aprendido definiciones de memoria como lo que dice el apóstol Pablo:
"Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto que,
a pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros pecados, nos dio
vida cuando levantó a Cristo de los muertos. (¡Es solo por la gracia de
Dios que ustedes han sido salvados!)" Efesios 2:4-5
¿Tienes una palabra favorita?
5 comentarios:
Esperanza es una bonita palabra.
Mi ordenador me previene contra tu blog. Un beso.
Orden.
Y gracia, claro. Ayer estaba muy deprimido, hoy tengo mucho ánimo, ¿qué puede ser sino la gracia del Espíritu?
Susana: También me gusta mucho "esperanza".
Por cierto, imagino que son las cookies de blogger.
Así es Fernando. La gracia de Dios nos ordena el ánimo.
Espero que disfrutes de un buen verano...aquí con mucho, mucho frío y bastante contaminación. He estado en cama unos días con gripe y sin mucho ánimo. Pero siempre pienso que son estacionales nuestro estado. Ya están brotando las rosas...
Me alegro de que ya estés mejor.
Todo tiene su encanto, incluso el invierno: en todas las estaciones hay cosas que hacer pues si no luego las echaremos de menos. Y las flores: no entiendo nada de ellas, pero una vez que fui al Botánico de Madrid en invierno estaban floreciendo las camelias, algo milagroso.
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