miércoles, 10 de diciembre de 2014

Carentes de gracia.

Viajamos por la carretera al funeral de la Juani.
De pronto se nos cruza un auto para adelantar.
Nuestra conductora debe subir a la vereda para evitar el choque, el imprudente conductor se pierde velozmente por la autopista.
En la fila del súper alguien se demora, una mujer joven reclama.
En el Metro nadie da su asiento a los ancianos. Menos a una joven embarazada.
Suma y sigue.
Vivimos en un mundo huérfano de gracia, aun en las iglesias se practica “el que la hace la paga” aprendido en la educación humanista.
El que se humilla es mirado como alguien “raro”.
El que concede el perdón de una deuda casi un “extra-terrestre”.
Nadie cede frente a las necesidades del otro, de su cotidiano vecino.
Estamos claros que nada es gratis, ley y  orden,  ojo por ojo –no lo expresamos tan tajante-,  todo cuesta.
Cuando pienso en la gracia reuerdo al padre de la parábola del hijo pródigo.
Un padre que cede a un requerimiento extravagante “dame mi herencia”.
Un padre que sufre la ausencia del hijo.
Un padre que no reprocha cuando regresa quebrado.
Un padre que restaura al caído.
Un padre que lo defiende aun contra su hermano.

 Me estremecen mis carencias, mi mente legalista, mi ojo crítico.
Pido perdón una y otra vez.
Y Él me perdona.
No quiero olvidarlo cuando tenga que hacer lo mismo, dar de gracia (sin condiciones previas) lo que he recibido.

Tan bien lo expresa el apóstol Juan: “ El Verbo (La Palabra) se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito (único) del Padre, lleno de gracia y de verdad. (Juan 1:14)” 




(Detalle de la pintura El retorno del hijo pródigo obra del pintor holandés Rembrandt.)



2 comentarios:

Fernando dijo...

Así es, Ojo Humano. Es fácil caer en la depresión si sólo vemos la maldad del mundo, maldad mayor cada día porque cada vez estamos más lejos de Dios. Ante eso sólo nos salva confiar en la gracia de Dios para ser buenos y en la gracia de Dios para que nos perdone cuando somos malos. Eso es así, exactamente.

(((Voy a estar unos días fuera del blog. Te leo a la vuelta. Hasta pronto))))

ojo humano dijo...

Es maravilloso saber cuánto nos ama nuestro Padre, si no fuera por su gracia estaríamos náufragos a la deriva.

Disfruta tus días libres.