El sembrador de papas.
La cosechadora de uvas.
El productor de paltas.
El camionero que traslada carne.
El criador de pollos.
La que cultiva especias.
El elaborador de envases.
El que se dedica meticulosamente –aun en las madrugadas- a producir el pan de cada día, pan sabroso y tibio que llega a nuestra mesa antes que abramos los ojos.
El pescador que, en una noche negra, se aventura más allá de la playa para que yo disfrute una merluza fresca y hasta fileteada.
Miles de personas trabajan para darme de comer y beber.
Delante de Dios pido bendiciones para cada uno (a), Dios bendiga sus manos y dé fuerza a sus cuerpos, inteligencia a sus ideas, alegría en lo que producen.
Soy una agradecida especialmente del agricultor, un trabajo de gran valor y fe, riesgoso cuando las lluvias esquivas dan una magra cosecha que a veces no alcanza ni para cancelar los gastos.
Mi amigo F. es mediero de un cultivo de papas en el Norte.
El año pasado le pidió a todo el mundo conocido que rogáramos por su siembra, una plaga se había instalado en el país y corrían riesgo de perderlo todo.
Nuestras oraciones fueron -por gracia de Dios- contestadas positivamente.
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Así que llegué a la conclusión
de que no hay nada mejor que alegrarse
y disfrutar de la vida mientras podamos.
Además, la gente debería comer,
beber
y aprovechar el fruto de su trabajo,
porque son regalos de Dios.
Eclesiastés 2: 12-13 (NTV)
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4 comentarios:
Es fácil olvidarlo cuando uno vive en la ciudad, Ojo Humano: pareciera que las fresas o los filetes nacieran de forma espontanea en el estante del supermercado. Yo recuerdo el trabajo penoso cuando en la cocina tienes que hacer algo pesado, pelar patata a patata, limpiar judía a judía, cortar zanahoria a zanahoria, entonces me acuerdo de la gente que ha de plantar y recoger los alimentos uno a uno, con mucho esfuerzo.
Me alegro del milagro de tu conocido: espero que desde entonces todo haya funcionado bien.
Aquí la zona agrícola está a pocos kms. así que vemos con frecuencia cómo trabajan en la agricultura, yo cultivo algunas cosas y sé que tan trabajoso es desbrozar, regar y dar tiempo a las plantas. Aparte ahora heredamos una pata coja, entretenida y comilona, estaba en las plumas y "muerta de hambre", es un buen trabajo tener aves o animales.
Tienen mucho mérito. Un beso.
Así es, Susana. Ellos son una bendición para nosotras.
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