Panorama de vacaciones de invierno:
Leer, por supuesto.
Leer poesía, naturalmente.
Leer, por supuesto.
Leer poesía, naturalmente.
Leer historia, nada de actualidad, aunque podríamos decir que la historia es la predicción del hoy. Y que todo se repite, "nada hay nuevo debajo del sol", no lo digo yo, lo dijo el rey Salomón hace un sinfín de años.
Salir. El centro de Santiago todavía tiene el misterio de calles ciegas, edificios icónicos, plazas inexploradas, bares de comida sorprendente.
Salir a los alrededores, los caminos campestres de arboledas frondosas han estado esperando por una mirada que los admire; descubrir con la familia lugares diversos, es todo un proyecto gozoso.
Dormir. Ah, ¿no es una bendición conciliar el sueño, despertar sin sobresaltos, quedarse con la scaldasonno encendida a placer, sin sentimientos de culpa?
Pasear por el barrio, almorzar sin horario definido, hablar de Cristo hasta altas horas de la noche, beber un mate en pomelo, encender brasero...y seguir leyendo, entremedio mirar una película liviana... y tú, ¿qué harás este invierno?
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Foto tomada de
la guía de Santiago
la guía de Santiago