sábado, 13 de noviembre de 2010

Interrogantes .

Hoy asistió a nuestra comunidad un amigo cristiano que conozco de bastante tiempo.
Fundamentalista y conservador.
Cuando se inició el tiempo de las alabanzas, entre ritmo y ritmo nos fuimos alegrando, eso de "un pasito para allá y otro para acá", que "levanten las manos todas" "manda fuego, Señor" y todo eso, casi le da urticaria. Poco a poco la expresiòn de su rostro empezò a cambiar.
En realidad me dio un poco de pena. 
La estructura de su modus vivendi  , lo tiene tan atado que se resiste a todo cambio en la forma de cantar, en su vestimenta y hábitos.
Para mí - dijo-, solo valen los himnos.
¡Vaya qué cosa!
Por cierto, él no es único en su especie. Entre lo que se sabe y lo que se ignora del mundo evangélico, muchas personas no tienen idea de las corrientes y puntos de vistas opuestos respecto de la música, el canto y aun de aquellas expresiones que consideramos tan naturales como levantar las manos, mover los pies, aplaudir o gritar algunos ¡aleluya! con voz potente. Obvio, de pentecostales no podemos esperar otra cosa, se supone que la corriente derivada de Juan Canut (en Chile) es la más expresiva.

¿Cuál es la diferencia entre música cristiana o la que no lo es si los ritmos son parecidos a los que se escuchan en cualquier radio "secular"?
La discusión viene de tiempos inmemoriales.

Ya Martín Lutero se ganó varios dolores de cabeza con sus detractores. Tomó algunas melodías populares y les adaptó letra con mensaje evangélico, canciones populares pasaron a constituirse en himnos que hoy suenan sagrados, tanto que nos resistimos a abandonarlos.

¿Existe algo como música evangélica o sólo es música?


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¡Aleluya!
Alabad a Dios en su santuario;
    alabadlo en la magnificenciade su firmamento.

  Alabadlo por sus proezas;
    alabadlo conforme a la muchedumbrede su grandeza.

  Alabadlo a son de bocina;
    alabadlo con salterio y arpa.

  Alabadlo con pandero y danza;
    alabadlo con cuerdas y flautas.
   
 Alabadlo con címbalos resonantes;
    alabadlo con címbalos de júbilo.[b]

  ¡Todo lo que respira alabe a Jah!
    ¡Aleluya!


Salmos 150

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