Este año -para resarcirme del encierro pandémico- hice varios viajes a la Costa Central de Chile, lugares casi todos conocidos y siempre acogedores.
Y me enamoré de la Plaza de Limache, plena de añosos árboles de distintos verdes, grata y fresca.
Y me enamoré de la Plaza de Limache, plena de añosos árboles de distintos verdes, grata y fresca.
Una lugareña me asegura que allí no hay asaltos ni sobresaltos, el lugar es seguro para pasear sin las preocupaciones de las grandes urbes.
Coronó la caminata una breve y fina llovizna.
Coronó la caminata una breve y fina llovizna.
Los escépticos dicen que no hay lugares perfectos.
Se equivocan.
Cuando una se enamora no hallará defectos.
Estoy en esa etapa; este verano volveré -si Dios lo permite- a Limache.
-----------------------------------------------------------
Vuelve el desierto en estanques de aguas,
Y la tierra seca en manantiales.
Allí establece a los hambrientos,
Y fundan ciudad en donde vivir.
Siembran campos, y plantan viñas,
Y rinden abundante fruto.
Los bendice, y se multiplican en gran manera;
Y no disminuye su ganado.
Salmos 107:35-38
-------------------------------------------------------
5 comentarios:
Hermosa fotografía, que tranquilidad y calma bajo aquel frondoso arbol.
Saludos
Bonito viaje. Un beso
Gracias, Carlos. Es una ciudad muy animada pero también muy tranquila.
*
Gracias, Susana.
El celular tiene buena cámara.
*
Qué bonito lugar :)
Es una agradable ciudad, Silvia. Me encantó.
Publicar un comentario