En nuestro barrio las constructoras no paran de edificar.
Diez, veinte, treinta pisos; el barrio se llena de voces nuevas, de comercio y -claro está- problemas diversos que hay que aprender a resolver.
Convivir de buena manera es una elección cada día.
Y las palmeras de nuestro jardín miran desde su altura cómo crecen estas moles de cemento.
Las palmeras saben que su libertad no está amenazada; crecen sin prejuicios, exhiben sus frutos y llenan los ojos de belleza.
En el mundo se puede vivir en paz. Hay que trabajar en eso.
----------------------------------------
Dios nuestro,
en tu presencia la gente buena crece y prospera
como palmeras bien plantadas,
Salmos 92:12 TLA
-------------------------------------------
2 comentarios:
La diversidad a veces es un problema. Un beso
Hay que aprender a convivir.
Gracias a Dios nuestro hogar es un poco más espacioso y puedo cultivar.
Saludos.
Publicar un comentario