lunes, 25 de noviembre de 2013

¡Qué vida, mi vida!

- Pucha, mami, no me avergüences . 
-¿Qué quieres ahora? 
-Que me pases el auto. 
-¿Estás soñando?, vengo a las compras, ¿cómo quieres que las traslade? 
-Mamita, tú puedes irte en taxi. 
-Hijo, ¿no crees que te estás pasando de la raya? 
-Pero, mami, tú tienes dinero, yo soy el que ando pidiéndote siempre. 
-Bueno sería que trabajaras. 
-Sabes que las pegas están escasas. 
-Claro, cuando uno se levanta a las dos de la tarde. 
-No seas pesada. Sabís que me acuesto tarde. 
-Por salir con los amigos. 
-Ya po, mamá ¿me prestas el auto o no?
-No. 
-Pero, ¿qué te cuesta? 
-Me cuesta, ya tienes treinta años y todavía me pides dinero. 
-Por favor, no me avergüences. 
-Y tú, la carita de santo. 
-Porfa, pásame el auto, no seas tacaña. 
-Ya, ahora yo soy la tacaña. 
-Pero, mami, una vez, solo esta vez, te juro que no te molesto más. 
-Ya, déjame en un taxi. Eres un vivo. 
-Y tú, preciosa. 
-Márchate luego y pone bencina al estanque. 
-Ay, ando planchado, ¿me prestas unos billetes? 
-¡Qué vida mi vida!, ahí tienes, y no manejes ebrio, que no voy a ir de nuevo a sacarte de la comisaría. 
-No, mami. 



(Lugar: Sin querer he sido testigo de este diálogo en el estacionamiento de un supermercado.)



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La vara de la disciplina imparte sabiduría,
 pero el hijo malcriado avergüenza a su madre. 


Proverbios 29:15


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5 comentarios:

  1. Sí, Pollito, tambén a mí, además una sensación de desconcierto.

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  2. Jejejeje.

    En España, por desgracia, no sería raro que ocurriera esta escena: la mitad de los jóvenes que quieren trabajar no encuentran ningún trabajo, ni siquiera con sueldo miserable, y en las zonas pobres del sur esto llega al 75%. Ni coche, ni taxi ni vida ni nada.

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  3. Upss!, ¡Vaya! ¿Así de terrible, Fernanado?
    Dios les ayude.

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  4. Así son las cosas, Ojo Humano. Muchos jóvenes han tenido que emigrar a Alemania, a Inglaterra, a América, igual que en los años 1960.

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