La cama es espaciosa, hay que reconocerlo, años luz de aquellos catres de hospital dados de baja, altos e incómodos como monturas de...

en la serena luz de un sol siempre radiante en los días primaverales, ¿por qué las flores nuevas del cerezo se dispersan como agita...

Me siento frente al féretro. Un bouquet de rosas blancas luce exuberante en contraste con la vida que se extingue. Velorio evangéli...

Me asalta esta pregunta ¿de qué hablan las mujeres?  La primera opción, sin ninguna duda: los hijos. Cuando son pequeños exhiben sus “gra...

“Instrucciones para subir una escalera” escribió el argentino Julio Cortázar.  Por estos días (si estuviera vivo) tal vez escribiría otr...

Todo iba bien en nuestra naciente amistad. Ella obedecía, a veces hablaba en un idioma ininteligible, como si dudara entre acercarse con ...

Un amigo, fotógrafo él, repara en mi forma de tomar fotos, que está saturada y algunos detalles técnicos. Reconozco que no tengo escuela...

Aromo, aroma, aromatizado, aromado, siempre puntual a la cita de Julio, cuando todos los árboles duermen, él brilla, amarillo desmedido, ...

Voy al cumpleaños de uno que no sabe todavía “discernir entre su mano derecha de su izquierda”.(*)  Como toda fiesta de peques, mucho glo...

Hay en el léxico evangélico chileno una suerte de arcaísmo difícil de erradicar, aun cuando las traducciones de la Biblia lo están intent...

Pusieron sobre sus manos Una cestilla con flores -manos delicadas que cultivaron vidas- Rosas escogidas, coloridas prímulas Un peque...

Al caer la noche del domingo, cuando todos se preparan para dormir y madrugar al día siguiente me sucede un fenómeno curioso (por ponerle...

Han llegado a nuestro barrio una bandada de loros tricahues. Bochincheros y trabajadores, cantan mientras van cortando ramitas de los ár...

¿Qué cien libros de ficción se deberían conservar en los hogares?  Vaya, qué pregunta difícil.  “De La Biblia a García Márquez. Entre m...