jueves, 27 de julio de 2017

Recetas chilenas, charquican.

 Dedico esta página con gran cariño y admiración
a mis amigos-amigas misioneros 
que cada día hacen la obra de Jesús lejos de Chile.

¿Existe la comida chilena realmente?
Esta discusión bizantina se ha dado en nuestro país por décadas, sin llegar a ninguna conclusión.
Que no tenemos identidad.
Que hemos copiado de otros países.
Que somos fomes.
Poco creativos.
En fin.
Los puristas –en cualquier tema- son como aquel cuento de Borges “Los teólogos” (puedes verlo en este sitio), tanta discusión y en el cielo nunca se supo cuál era cuál.

Modestamente creo que la comida chilena es rica, rica, rica, aunque compartamos algunos ingredientes con otros países latinoamericanos.
Los que han vivido en el extranjero me cuentan que añoran ciertos elementos culinarios y la forma de mezclarlos. Mote, piñones, choclo, harina tostada, dihueñes, café de higos, milcaos, estofado de conejo, la forma de hacer empanadas, el pastel de choclo, charquicán…
Unos amigos misioneros en el Sudeste asiático me han pedido algunas recetas sencillas para recordar el sabor de Chile. Cuesta elegir qué cocinar si estás en el extranjero.
En honor a ellos les comparto mi receta -no es mi favorita pero  gusta a muchos-, el CHARQUICÁN, plato recurrente en invierno, poco gourmet pero contundente, nadie quedará con hambre.

Para 4 personas.
Ingredientes:
8 papas medianas cortadas en cuadros.
½ Kg. Zapallo maduro cortado en cuadros.
1 zanahoria picada pequeña
1 vara de apio 1 cebolla picada fina en cuadritos.
½ taza de charqui picado muy fino.
½ Kg. Carne magra picada muy fina.
1 vara de alga cochayuyo,  molido en la 1-2-3 o pymer (es opcional)
1 taza porotos verdes (alubia-judía-chauchas)
½ taza de arvejas (guisantes), pueden ser congelados.
½ taza de choclo picado.
2 dientes ajo.
1 hojas de acelga o un poco de cilantro.
4 huevos, uno por persona
Orégano, sal, paprika (poco), aceite para sofreír.

Preparar:
Dorar en una olla profunda la cebolla, la carne, la zanahoria, el apio, ajo y charqui. Agregar una taza de agua. Cocinar por 15 minutos.
 Colocarle  las papas, el zapallo y cocinar 10 minutos más, luego poner las arvejas, porotos, choclos, terminar la cocción a fuego muy lento cuidando que no se pegue.
Se puede colocar sobre un tostador. Al final agregarle el cochayuyo molido, la acelga picada o el cilantro.
Servir con un huevo pochado o frito encima.
Ensaladas frescas (lechuga, tomate, cebolla en escabeche).
*** Algunas personas no le colocan charqui ni cochayuyo, igual queda rico.


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A las personas que tienen riquezas, 
enséñales  que no sean orgullosos 
ni confíen en sus riquezas, 
porque es muy fácil perder todo lo que se tiene. 
Al contrario, diles que confíen en Dios, 
pues él es bueno, 
y nos da todo lo que necesitamos para que lo disfrutemos.

1 Timoteo 6:17


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lunes, 24 de julio de 2017

Aztecas, nazis, españoles.

¡Qué poder tienen las palabras!
Me ha maravillado la polémica – artificiosa por cierto- que han generado hace algún tiempo los medios a raíz de ciertas comparaciones,  aztecas con nazis ¿será para adquirir audiencia en las redes sociales?

La historia ya sucedió y es irreversible.
Las crueldades pasadas se han trasmitido de generación en generación,  las podemos palpar aún hoy, en este minuto en nuestro “civilizado y moderno” siglo XXI.
En Chile todavía se riñen y descalifican O’gginistas con Carreristas. Y eso ocurrió en el 1800.
Balmacedistas con congresistas.
Los pinochetistas con comunistas.
Y más, en las iglesias evangélicas, fundamentalistas con pentecostales.

Recuerdo con nostalgia a mi compañero de aula Rigoberto, con voz lírica recitaba en medio de la sala aquel famoso poema de Darío “Los motivos del lobo” y su voz se quebraba cuando llegaba a la frase Francisco responde:  
"En el hombre existe mala levadura. 
Cuando nace, viene con pecado. 
Es triste. 
Mas el alma simple de la bestia es pura.” 
¿Tenían los aztecas esa “mala levadura”?
Qué duda cabe.
La tenían los españoles, los nazis y nosotros.
Y no es simplificar, si lo profundizamos un poco podemos acudir al apóstol Pablo y su discurso a los romanos: "Porque lo que de Dios se conoce es evidente entre ellos pues Dios hizo que fuese evidente. Porque lo invisible de él —su eterno poder y deidad— se deja ver desde la creación del mundo, siendo entendido en las cosas creadas de modo que no tienen excusa. Porque habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias; más bien, se hicieron vanos en sus razonamientos, y su insensato corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios se hicieron fatuos y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una imagen a la semejanza de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. "
 Y remata el capítulo uno:
"Se han llenado de toda injusticia, maldad, avaricia y perversidad. Están repletos de envidia, homicidios, contiendas, engaños, mala intención. Son contenciosos, calumniadores, aborrecedores de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de males, desobedientes a sus padres, insensatos, desleales, crueles y sin misericordia. "

¡Vaya foto que nos ha tomado el apóstol!
Reflexiono y considero lo crueles que podemos ser, lo inmisericordes y me estremezco con un escalofrío. Soy parte del todo, es mi historia, la americana, la europea, la asiática, no podemos soslayar las responsabilidades colectivas.
Aun así,  a pesar de todo, el Creador nos extiende su misericordia cuando –según algunos- debería aniquilarnos.
Gracias a Dios que sigue siendo Dios.
Porque hasta se han atrevido a endilgarle culpas.
¿Seremos?



jueves, 20 de julio de 2017

¿Sirve de algo orar?

Nos pidieron que oráramos.
Oramos.
Unos con más fervor –sin duda-, otros con menos. Unos con más fe, otros no demasiada. Pero aun así esperábamos una respuesta positiva a nuestras oraciones.
¿Qué estuvo mal?
¿Por qué el resultado no fue exitoso como esperamos?
Oramos para que viva y se muere.
Oramos para que sane y se enferma más.
Oramos para que se legisle en justicia y se aprueba exactamente lo contrario.
¿Son infundadas nuestras peticiones?
¿Debemos dejar que los ríos fluyan con su destino establecido?
¿Sirve de algo orar?
Estas y otras preguntas me mantienen despiertan hasta la madrugada.
Poco a poco voy recordando historias de oraciones fallidas, el rey David rogando por la vida de su hijo (2 Samuel 12:16-18),  el Señor Jesús hablando con Pedro (Lucas 22:31-32).
No siempre la respuesta es un sí rotundo como nuestra futilidad desea.
A veces nos confundimos con tanta historia que leímos en las “Mil y una noches” y pretendemos de Dios esa especie de genio de la lámpara que deberá conceder nuestros deseos porque somos castos-honrados y bien pensantes.
¿Por qué no logramos conectar nuestros intereses con los propósitos de Dios?
Tal vez la oración debería ser un hábito como la comida diaria.
Como lavarse el rostro.
O andar en bici.
Un acto natural permanente, un teléfono al Padre para saber hasta cuándo debemos insistir.
A veces tenemos la certeza pero seguimos suplicando majaderamente, sin entender (o entendiendo) que no se hará nuestra voluntad –por perfecta y justa que nos parezca- sino la de Dios.
Tal vez la oración no es para que Dios "haga algo" sino para someter mi rebelde  voluntad a la suya.
Tengo mucho que cultivar todavía (y no son plantitas herbales).



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 ...yo he rogado por ti, 
para que no te falte la fe. 
Y tú, cuando hayas vuelto, 
deberás confirmar a tus hermanos.

Lucas 22:32

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lunes, 17 de julio de 2017

Pasión.

Me asombran algunas canciones evangélicas, en especial las que incluyen frases extraordinarias como esta, u otras semejantes.
No sé si ese fraseo será literal o alegórico.
A veces la liturgia nos lleva a expresiones que no entendemos o no cultivamos en la vida real.
Se transforman en dichos dominicales que tienen cierto signo de espiritualidad, que elevan el alma pero al traspasar la puerta del templo –y volver a la cotidianeidad- olvidamos.
¿A qué nos referimos realmente cuando hablamos de pasión?
Pasión por Dios.
No hay pasión sin sufrimiento.
En sí misma la palabra "patior" (latín) significa sufrir.
La pasión de Cristo es la mayor imagen de lo extrema que puede llegar a ser si se practica en el sentido estricto.

¿Qué estamos diciendo cuando nos declaramos apasionados por Dios?
¿Implica que Él es nuestro único centro-eje-foco-principio y fin de adoración?
¿Que nuestros afectos se someten a su voluntad?
¿Estará Él presente en el día a día de mi realidad?
¿Qué la devoción será más que un hobby de domingo?

Declarar  pasiones -cualquiera que esta sea- me suena un poco jactancioso.
Personalmente me parece una grandilocuencia hacer alarde de una relación con Dios, una presunción de una espiritualidad que no poseo (aspiro sin duda) y que si la tuviera no podría vocearla como un consecuencia de lo virtuosa que he sido o como una conquista personal.
Si de algo estoy segura es de mis debilidades.
Más allá de toda duda, conozco mi tramposo corazón que más de una me ha jugado. 
Sé más de mis carencias que ningún otro tema.
Solo puedo aferrarme cada día a la gracia soberana, a la misericordia abundante, al amor inalterable de Dios. 

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"... el Señor nuestro Dios,
 el Señor es uno. 
Y amarás al Señor tu Dios 
con todo tu corazón, 
y con toda tu alma,
 y con todas tus fuerzas.

Deuteronomio 6:5-6 

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(Fotografía: Flor de la Pasión)

jueves, 13 de julio de 2017

Autonomía (parte 3)

El resfrío me ha dejado muda.
Sin habla.
Silenciosa como una puerta de casa nueva.
Ni un ruido emiten las cuerdas bucales.
Parezco salida de una peli de Chaplin, tanta mímica para darse a entender resulta cansadora. Me armo de paciencia, será temporal, me digo y trato de abrigar la garganta, miel con limón, té tibio con jengibre, nada muy caliente ni muy frío ordena el doc.

La mudez es un estado poco notorio, de las 217.688 personas que contabiliza el último Censo no conozco ninguna.
Estar unos días en silencio hace bien, mucha lectura, varias películas, experimentos culinarios.
Enmudecer para siempre es otro cuento, no lo querría de ninguna forma.
¿Se imaginan vivir sin cantar?


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¡Cuán bueno es alabarte, Señor! 
Bueno es, Altísimo, cantar salmos a tu nombre, 
anunciar tu misericordia por la mañana, 
y tu fidelidad todas las noches, 

 Salmos 92:1-3 

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lunes, 10 de julio de 2017

Autonomía (parte 2)

La autonomía que idealizamos -sobrevalorada en estos tiempos- y por la que luchamos,  a menudo es limitada por imponderables que no podemos manejar.
Dependemos de eventos tan insospechadas como que en China hicieron huelga (¿se podrá hacer huelga en China?) y no llegó el paquete de instrumentos esenciales para el tratamiento de una persona en el hospital.
Dependemos de otros todos los días.
Dependemos del clima.
Mi vecina de enfrente se ha vestido de carmelita, café completo.
Un voto para toda la vida.
Voto de sencillez, oración y servicio a la comunidad, todo un reto para una mujer del siglo XXI, joven aún.
El día que debía asistir a su reunión de consagración diluvió sobre Santiago. Se cortaron algunos puentes, la locomoción apenas se movía en las calles anegadas, la energía eléctrica se fue de varios sectores dejándolos incomunicados, la iglesia canceló la celebración para albergar a damnificados.
Un  desastre de proporciones.
Susana -una chica muy tierna, mi vecina- se quedó encerrada en casa esperando que amainara la tormenta.
En la tarde lluviosa y oscura elevó una oración por los sufrientes del temporal, hombres y mujeres sin hogar,  alojados en colegios (que no estuvieran inundados, por supuesto).


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 Quien cumple lo mandado nada sabe de intrigas;
sólo el sabio conoce el tiempo de la decisión,
 pues cada cosa ha de ser decidida a su tiempo,...

Eclesiastés 8:4-6
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lunes, 3 de julio de 2017

Propósitos.

Estudiamos la Carta de Santiago.
La maestra nos ha propuesto que busquemos 10 propósitos para practicar en las próximas semanas.
Yo creo que me demoraré un rato largo en hacerlos, si es que logro llegar. Por empeño no me quedaré, pero si están de acuerdo conmigo, son unas metas bien "heavy", si la gracia de Dios me ayuda,  ahí vamos.
Lo peor, no intentarlos.
Lo mejor, estoy viva y espectante de lo que Dios hará.
Entre lo peor y lo mejor, la disciplina de cada día, cambios imprescindibles, frustraciones, alegrías. 
Imprimo un papelógrafo, lo coloco frente al escritorio, ya es un inicio.



jueves, 29 de junio de 2017

Vivir más simple.

Se le llama “vida más simple”.
Mi madre le denominaba “apretarse el cinturón”. Construyó su primera casa propia a punta de ñeque, con esfuerzo, la vi levantarse de madrugada para ir al trabajo. Ni subsidio de gobierno ni préstamo bancario, solo persistencia.
Los chicos le llaman a la moderación “pobreza” y reclaman aunque dispongan del último modelo de smartphone, bici de titanio y mochila de marca costosa. Desean vivir la vida a mil, fiestas todos los viernes, salidas de Mall, cine, playa cuando hay fines de semana largos, tarjeta de crédito.

Ahorro no es una palabra muy popular.
Mi amiga Isa compró un departamento para rentar con sus reservas de varios años. Comidas modestas, poco o nada de salidas a restaurantes, cine en casa, paseos con invitación, fiestas austeras, nada de etiquetas lujosas, sencillez monacal.
Aún así, nunca dejó de dar sus ofrendas a la Iglesia, su aporte a las misiones y un paquete de mercadería mensual para los pobres. Ella sostiene que Dios bendice al que da.

Nuestra Comunidad evangélica ha ofrecido un mini-taller de finanzas. Vino un profesor dedicado a la Banca y bastante entendido en temas de inversiones. Nos proveyó de un presupuesto y algunos tips para invertir. Lejos de otras alternativas más riesgosas, la propiedad en Chile es la más rentable, sea un terreno pelado en el Norte, una casa de playa o un departamento en alguna comuna central.

Reconozco que el ahorro es mi lado flaco. Es la razón por la que uso agenda, lista del supermercado y billetera con lo necesario cuando voy al barrio Meiggs, antro de toda clase de ofertas, ofertones y gangas "imperdibles".

¿Dónde está la medida entre el ahorro y el consumo?
Tal vez aprender a vivir con sencillez como lo recomienda el evangelio, los proverbios y el sentido común.

El peligro está entre la avaricia y el despilfarro, un amplio espacio con infinitos intermedios.


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Ordena a los que se hacen ricos con las cosas del mundo 
que no se llenen de orgullo. 
Diles que pongan su esperanza en Dios, 
no en el dinero, porque el dinero no es seguro. 
En cambio, Dios nos da todo en abundancia para disfrutarlo.  
Diles que hagan el bien, 
que se hagan ricos en buenas obras, 
que den con alegría y que estén dispuestos a compartir.  
Si así lo hacen, estarán acumulando un tesoro en el cielo, 
que será una base firme para el futuro.
 Entonces podrán tener la verdadera vida.


1 timoteo 6:17-19 (PDT)
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lunes, 26 de junio de 2017

Drones en la ciudad.

El invierno ha llegado con novedades.
Esto de la tecnología no termina por asombrar nuestros cerebros.
Esta vez son los drones.
Un muchacho toca a la puerta, llega el envío de un dron a casa, de China, por supuesto. Pareciera que no hay otro país donde comprar online.
Me han pedido si lo puedo recibir por la facilidad de la entrega, vivo frente a Correos.
Sin duda es un aparato curioso, por adjetivarlo de alguna manera. Se eleva con una facilidad prodigiosa, tanto que una se queda turulata mirando  sin atinar a nada.

Tal vez nuestra época dieciochera -tan divertida para los niños-  de volantines y cometas ha pasado a la historia, estos nuevos juguetes invadirán los aires en un futuro próximo.
Más aún, las autoridades han aportado lo suyo probando con uno para fiscalizar a los  porfiados que contaminan con chimeneas a leña, cuestión regulada hace bastantes años.
Los tiempos van cambiando vertiginosamente. Espero que tanta novedad no nos aleje de la fe y el amor, ni nos inquiete por el porvenir. Como Jesús lo dijo " cada día trae su propio afán",  lo tomaré con calma.


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Sea el nombre de Dios
bendito por siempre;
suyos son sabiduría y poder.

Concede sabiduría a los sabios
y ciencia a los perspicaces.
Revela lo profundo y lo secreto,
conoce lo que ocultan las sombras
y la luz mora junto a él.

Daniel 2:21 (BLPH)
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miércoles, 21 de junio de 2017

Una persona común.

Escuchamos encendidos sermones.
Promesas sublimes.
“Cuando seas mayor Dios te usará para grandes cosas”.
“Dios tiene un plan maravilloso para tu vida”
“Sigue tus sueños, tú tendrás un gran futuro”.

¿Dónde quedaron esos ofrecimientos?
¿En qué recodo del tiempo se perdió la grandilocuencia?
¿Cuántos de nosotros somos “grandes”? (Y por cierto, ya llegamos a mayores).
Ni profetas, ni misioneros, ni predicadores, ni exitosos, ni elocuentes.

Común.
Exactamente eso, común.
Casi invisible.
Ejecuto cada día actos pequeños, visito una enferma, doy un pan con algo adentro, un vaso de agua, una taza de té, canto una canción que nadie –excepto Dios- escucha.
Escribo palabras breves –ni me atrevería a publicar un libro-, hago rogativas que muchas veces no resultan como las espero, voy a funerales –este año ha sido el peak-, riego las flores. Cuido unos patos que a nadie importa si viven o mueren (a mí obvio que sí), me levanto con la esperanza que este día suceda algo extraordinario de parte de Dios, como decía el cantor aquel “una luz segadora, un disparo de nieve”, lo más cercano ha sido el viento impetuoso que botó las hojas de las palmeras, por un momento pensé que alguna terminaría en el suelo.
¿Soy infeliz porque no tengo un nombre en los periódicos?
¿Me siento postergada porque mi rostro no triunfa en las páginas sociales?
¿Me consume el desasosiego porque perdí el tiempo en actos insignificantes, a veces modestos y anónimos?
En absoluto.
He recibido más de lo que he dado.
Me han amado más de lo que he amado.
He sido bendecida más allá de mis limitaciones.
Él me ha guardado de noticias catastróficas.
Tengo entero el esqueleto y conste que he tenido caídas espectaculares.
Mi corazón no sabe de taquicardias.
Es verdad, nunca soñé demasiado, ni fui “aspiracional”.
Nunca escalé una montaña para batir un record o corrí una maratón, cuando voy al volante mi velocidad es la que estipula la ley, 60 Km/por hora en la ciudad, 90 en carretera.
Mamá decía (con alguna razón), que su hija no tenía ambiciones.
Yo estuve –y estoy- dispuesta a los trabajos nimios, ocultos, sin gloria.
El único deseo que tengo (en eso me declaro aspiracional)  no lo he logrado aún, tal vez deje la vida en el intento, sencillamente ser como Cristo.

 
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 "Y cualquiera que como discípulo dé a beber 
aunque sólo sea 
un vaso de agua fría a uno de estos pequeños,
 en verdad les digo 
que no perderá su recompensa.”

Mateo 10:42 (NBLT)

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lunes, 19 de junio de 2017

Quebrados.

 "El 41% de los chilenos está endeudado 
o le cuesta llegar a final de mes. 
Esto corresponde a casi 7.000.000 de chilenos.

Francisco sale de la oficina del prestamista como sonámbulo, el sol mortecino de otoño apenas entibia su angustia.
Las deudas lo abruman.
El colegio de los niños, las cuentas básicas vencidas, la cuota del depto., la tarjeta del supermercado,  la mantención del auto…
El cambista apenas cubre lo más elemental y un 10% de interés le roerá los huesos.
Piensa alternativas, un tercer trabajo, mudarse de barrio, declararse en quiebra… Ninguna lo satisface.
Los cambios por apuro agravan la situación, lo sabe por su padre que pagó las deudas con cinco años de prisión. Lo sabe por su madre que encaneció en un día. Lo sabe por su hermana que se casó con un campesino con plata para sacar la familia de la quiebra, olvidó todos sus sueños de profesional.
Ensimismado tropieza con los cartones que obstruyen la vereda, el hombre sentado sobre ellos le extiende una mano rugosa, patrón –le dice-, yo también un día vine a esa oficina. Lo perdí todo ahí, apunta hacia la casa de usura.
Francisco se estremece, como un poseso huye del lugar, ha visto –por un segundo- su futuro.



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  Las semillas que cayeron entre los espinos 
representan a los que oyen la palabra de Dios, 
 pero muy pronto el mensaje queda desplazado 
por las preocupaciones de esta vida, 
el atractivo de la riqueza 
y el deseo por otras cosas, 
así que no se produce ningún fruto.

Jesús en el Evangelio de Marcos 4:18-20 


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lunes, 12 de junio de 2017

Introspectiva.

Camino por calles grabadas en mi mente,
Veredas que reconocen el ritmo de mis pasos,
Una valla de madera derruida detiene los ladrones
(o el ángel que no duerme)
Un pequeño reino detrás de las puertas
Una luz cálida cuando llega el invierno.
Recreo los espacios
Froto los muebles como si de espejos se tratara
Conservo piedrecillas de playas felices
Macetas de plantas dormidas
Murmullo de aves en pleno vuelo
Arboles devastados por un machete desdichado
Una casa temporal
Ataviada para el visitante
El espacio que abandonaré
(Solo Dios sabe el día y la hora)
Otra heredará el silencio
El jardín, los tiestos decorados
Como yo heredé el olivo y la parra.
Podría rebelarme y llorar esa partida
Pero no, en la renuncia está el amor
En el amor el deleite
Ya todo se ha dicho, la fecha está por expirar
El último trecho del camino
Tiempo establecido para todo
Para que vuelva a resucitar en otras risas
En otros pasos jóvenes y nuevos
En otras huellas y otras voces
La casa florecerá en el tiempo
Si la libero de mí 
Las luces brillan con más fuerza
La Palabra vuelve al poder original
El agua renueva su frescura
La tierra renace en el verde de las hojas
Los arboles se cubren de vigor
El hogar cumple su designio
Y el soplo vuelve a su único Creador.


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 Me fijé que en esta vida la carrera no la ganan los más veloces, ni ganan la batalla los más valientes; que tampoco los sabios tienen qué comer, ni los inteligentes abundan en dinero, ni los instruidos gozan de simpatía, 
sino que a todos les llegan buenos y malos tiempos.

Eclesiastés: 9:11 (NVI)


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jueves, 8 de junio de 2017

Una y mil maneras de servir.

Acompaño a un hermano a la Posta de Urgencias, este invierno ha sido particularmente enfermizo y accidentado.
La noche es fría y la sala está llena, no hay muchas posibilidades que la atención sea rápida.
Me siento entre la gente con el ánimo de esperar. Cuando una se rinde al momento puede darse a las personas y escuchar sus múltiples historias. Uno se ha trizado el peroné jugando fútbol, otra tiene una fuerte migraña, tal vez producto de la alta contaminación del aire.

De pronto llegan unas personas, visten unas chaquetas sin manga color verde petróleo –algunos mayores, otros más jóvenes- con bandejas. En sus chaquetas está escrito “Dios es amor”.
Nos ofrecen un café caliente y un pan.
Es gratis, dice el más joven, y sonríe.
Invariablemente todos los que esperamos recibimos el regalo y damos gracias.
Reparten durante un rato, hasta que se termina todo –y no es poco-, luego se van en silencio.
La persona sentada a mi lado me explica, “los hermanos” vienen todos los jueves por la noche y regalan café y sándwich, durante el verano o el invierno, en vacaciones y días laborales, son fieles a su propósito de jueves.
Es maravilloso ver cómo una tarea tan sencilla puede ser un servicio que anime en un lugar de dolor y desaliento como lo es la Posta.
Tal vez Dios me llevó a ese lugar solo para ver este acto de amor sin pretensiones -ni vanidad- más que dar.
Mi enfermo sale sin ningún hueso roto, apenas un esguince y un paracetamol.


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  Dios, en su gracia, 
nos ha dado dones diferentes 
para hacer bien determinadas cosas. 
Por lo tanto, 
si Dios te dio la capacidad de profetizar, 
habla con toda la fe que Dios te haya concedido.  
Si tu don es servir a otros, 
sírvelos bien. 
Si eres maestro, enseña bien.  
 Si tu don consiste en animar a otros, anímalos. 
Si tu don es dar, hazlo con generosidad. 
Si Dios te ha dado la capacidad de liderar, 
toma la responsabilidad en serio. 
Y si tienes el don de mostrar bondad a otros, 
hazlo con gusto."

Romanos 12:6-8

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martes, 6 de junio de 2017

¿Cuál es tu palabra favorita?

Me preguntó una amiga “¿cuál es tu palabra favorita?”
Por un momento quedé en suspenso, son tantas y tan variadas ¿cómo podría elegir solo una?
Todas las palabras tienen una historia que contar, más allá de su belleza, el sonido, la forma, el significado o la asociación mental que tenemos de ella.
Pienso que tal vez la más bella sea Gracia.
Fonéticamente es breve, tiene la letra r incorporada (me gustan las palabras con erre), sin embargo lo que me atrapa es lo que significa, aunque –debo confesar- todavía no la comprendo completamente.
Tengo de las palabras esa aproximación intangible, un ligero esplendor.
A veces se dejan ver, otras se esconden como el cielo entre nubes.
Hay días que todo es tan claro y luego pierdo la luminosidad como si mis ojos estuvieran debilitándose.

Me siento debajo de la parra que hoy apenas tiene unas hojas secas y sé que debajo de esa marchitez está la savia trabajando a mil. Tantas veces la he dicho “gracia”, tantas veces la he escrito en el PC, en mis cuadernos, con letra imprenta o cursiva, la he paladeado, la he dibujado, he aprendido definiciones de memoria como lo que dice el apóstol Pablo:
"Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto  que, a pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros pecados, nos dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos. (¡Es solo por la gracia de Dios que ustedes han sido salvados!)" Efesios 2:4-5

¿Tienes una palabra favorita?




jueves, 1 de junio de 2017

La destrucción de los mitos evangélicos.

Mito uno.-De niña crecí con la ingenua seguridad que un cristiano nunca moriría en un accidente.
¡Vaya suposición errada!
No sé de dónde saqué esa doctrina, por cierto, absolutamente personal y extra-bíblica. El día que murieron en un choque 12 jóvenes de una iglesia de Linares que andaban en misiones, se me movió el piso.
Mito dos: Me duró hasta los 14 años la certeza que los cristianos eran fieles esposos (as), dedicados a sus hijos y que jamás mirarían el “prado” –un decir eufemístico- del vecino. El ministro principal y la secretaria de la iglesia se enredaron en una aventura, escándalo general, pueblo chico, todo se sabe. Estupefacción.
Mito tres: Los hijos (as) de evangélicos no se embarazan si son solteros. Basta mirar un poquito las estadísticas para que la realidad diga lo contrario.
Mito cuatro: Los evangélicos no roban. Con mis ojitos hipermetropíos he visto “hermanas” llevar algo que no les pertenece. ¿Serán cleptómanas? Ha llegado a nuestra Comunidad un buen sicólogo, estoy tentada a decirles que soliciten una hora de consulta.
Mito cinco: Jamás de los jamases un cristiano se suicidaría. El día que llevaron a mi amiga M. como un bulto inerte a urgencias, algo se me destrozó en el alma. Murió por el camino. Creció en la iglesia, padres evangélicos, cantó en el coro, fue maestra de niños y la mujer más dulce que haya conocido. ¿Qué pasó por su mente para llevarla a ese extremo?
Mito seis: (Aporte de mi amigo Cris.) Los evangélicos no procrean niños disminuidos o diferentes. Y conversamos el caso del muchacho ciego.
Mito siete: Un cristiano nunca “copiaría” en un examen. Lo vi cuando estudiaba y “no me cabía en la cabeza” que seminaristas voluntarios abrieran furtivamente su cuaderno de notas para responder en un examen. Se supone que la Teología es el gran tema que estudiamos.

Después de la destrucción de tradiciones creadas por mi mente ignorante, me dediqué a estar cerca de la gente para comprender la razón de por qué viven como viven y por qué toman las decisiones que toman. Mientras escribo recuerdo al poeta Rilke: “Se humilde ahora como una cosa madura para la realidad, -“ 
*Al margen: qué mito has tenido que vencer?


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 Rechaza las leyendas profanas y otros mitos semejantes. 
Más bien, ejercítate en la devoción a Dios.

1 Timoteo 4:7


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lunes, 15 de mayo de 2017

Comprensión lectora.

El tiempo avanza a velocidad inusitada.
No sé cómo lo hacían nuestros antepasados cuando se leían esos mamotretos de 800 a 3.000 páginas, como el Ulises, En busca del tiempo perdido, La guerra y la paz, o los más modernos, Conversación en la Catedral y Cien años de soledad.
¿Tenían más tiempo?
¿Los días eran de 48 horas?
¿La luz era más resplandeciente o sus ojos más resistentes?
¿Trabajaban menos?
Aparte de largas lecturas, su comprensión del texto era más acabada y profunda que hoy.
Recuerdo cierto libro (no quiero nombrarlo para no prejuiciarles) , cada vez que llegaba a la página 50 me bloqueaba. Después de tres intentos me rendí a la evidencia que no pasaría de ahí, mis limitaciones son difíciles de superar.

Hace unos días conversaba con una amiga –joven lectora destacada - y me decía, “mis compañeras no comprenden lo que leen, ni siquiera los mensajes de Wathsapp, no entiendo cuál es la complicación”. Recordé aquella historia que detallara el escritor Lucas en el libro de Los Hechos:
“Felipe corrió para alcanzar el carruaje.
Cuando ya estuvo cerca, escuchó que el oficial leía el libro del profeta Isaías.
Entonces le preguntó: — ¿Entiende usted lo que está leyendo?
Y el oficial de Etiopía le respondió: — ¿Y cómo voy a entenderlo, si no hay quien me lo explique?
Dicho esto, el oficial invitó a Felipe a que subiera a su carruaje y se sentara a su lado.
En ese momento el oficial leía el pasaje que dice:
«Fue llevado al matadero, como se lleva a las ovejas para cortarles la lana. Como si fuera un cordero, él ni siquiera abrió su boca. Fue maltratado y humillado, pero nunca se quejó.
No lo trataron con justicia; no llegó a tener hijos porque le quitaron la vida.»
El oficial le preguntó a Felipe: —Dígame usted, por favor: ¿está hablando el profeta de él mismo, o de otra persona?
Entonces Felipe, partiendo de ese pasaje de Isaías, le explicó las buenas noticias acerca de Jesús. “ (Hechos 8: 30:35)

Tal vez es eso, necesitamos “alguien” que nos revele el significado de las palabras, que nos explique los porqués, el cuándo y el cómo de lo que leemos.

Leer es un acto de fe.
Necesito alguien que descorra la cortina.
Necesito la revelación de las palabras, el click, la iluminación...



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 Si eres capaz de leer estas palabras
 y explicarme el significado, 
te haré vestir con mantos púrpuras,
 propios de la realeza, 
y recibirás una cadena de oro en el cuello...

Daniel 5:16

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lunes, 8 de mayo de 2017

Regalo.

Recibo con gran alegría este regalo de mi amigo y hermano Cris.
Gracias por su talento y su cariño.
Lo comparto porque esta oración anima nuestro espíritu y creo  que si la memorizamos será un arma poderosa para los días difíciles, que espero no lleguen nunca a tu vida.



lunes, 24 de abril de 2017

Fragmentos (parte tres: la verdad)

 
Mi amiga Tam es brillante para exponer temas de Apologética.
Ella me ha motivado a investigar este tipo de literatura que no era de mi mayor interés. Tal vez porque trabaja con grupos de universitarios y yo me dedico a las mujeres y los adultos.
En la vida nos inclinamos por los diversos temas cuando se conjugan la variables que -en muchos casos- no dependen de nosotros sino de la gracia de Dios, su propósito y las personas que nos acompañan en el trabajo educativo.
Gracias, amiga.

"Si tenemos que retornar a la verdad para dar sentido a la existencia, ¿a qué verdad retornaremos? Si hay tantas visiones del mundo, ¿cómo garantizar cuál de ellas es la correcta? Ravi Zacharias nos ofrece algunos criterios para (aquilatar) las propuestas de cualquier cosmovisión: “El sentido común dice que al establecer la convicción en una creencia, hacemos más que ofrecer un deseo del corazón o presentar algunos elementos aislados de las creencias del que hace las reivindicaciones, con las cuales saltamos a conclusiones grandiosas. La verdadera defensa de cualquier reivindicación también debe enfrentarse con las evidencias que la cuestionan o contradicen. En otras palabras, la verdad no es solamente una cuestión de ofensiva, en el sentido de hacer algunas afirmaciones. También es una cuestión de defensa, en el sentido de que debe ser capaz de dar una respuesta racional y sensible a los argumentos contrarios que se sucintan”.

En las palabras de Adela Cortina, “si la fe pretende ser comunicable, debe poseer una base de argumentación que posibilite el diálogo y destruya la desconfianza que produce su resistencia a dejarse examinar por la razón!”
Eso vale para cualquier fe (creencia). Una visión del mundo tiene que ser evaluada por la forma amplia como interpreta la realidad, como también por la suficiencia y coherencia de las respuestas que provee a las preguntas sobre fundamentación de los valores morales, destino final de la humanidad, razón de nuestra existencia, etc.
Está claro que algunas respuestas pueden coincidir en algunos sistemas, pero, mirando para el todo, ¿qué visión del mundo posee propuesta compatible con nuestro deseo no refrenado por la belleza, la verdad y la justicia? Tal vez sea muy pronto para dar una respuesta definitiva. Mantenga la mente abierta para considerar la propuesta cristiana. El enfoque que daremos a continuación propone dar evidencias de cuán completa es la cosmovisión del cristianismo.
En primer lugar considere: ¿Dios existe o es solo una ilusión humana, originada por deseos reprimidos o fantasías ancestrales? Son indagaciones como esas las que el próximo estudio se encargará de responder. "
 Para leer el total del tema aquí:






jueves, 20 de abril de 2017

Fragmentos (parte dos, el Espíritu Santo)

Uno de mis autores favoritos ha sido Nee To Sheng, admirado y respetado  por todos los evangélicos, independiente a la denominación que pertenezcan.
Mucho de lo que escribió está en esta página, son reflexiones profundas y sabias.
http://www.librosdelministerio.org/watchman-nee-books.cfm

Te las comparto porque estoy segura que hallarás en ellas muchas respuestas y te servirán para sobrellevar esos momentos de crisis, días donde necesitamos sacar de nuestros recursos interiores para salir airosos y sin demasiadas heridas, por el contrario ganemos en sabiduría de vida.
Y aquí un fragmento: ¿En qué consiste la realidad espiritual?

" Posiblemente hayan escuchado muchas enseñanzas, pero éstas no pueden reemplazar la obra del Espíritu. Si el Espíritu no ha laborado en nosotros, las riquezas del Señor no pueden ser nuestras; como consecuencia, no tenemos nada que compartir con los santos. Así que, el Espíritu Santo tiene que hacer una obra en nosotros para que podamos ser útiles en las manos de Dios. El creyente no debe caer en una condición tan pobre que el Espíritu Santo no pueda intervenir. Creemos que el Señor no suelta a nadie que se haya encomendado en Sus manos, y que cada prueba tiene el propósito de ensancharnos y enriquecernos. Cuando pasamos por pruebas, nos enriquecemos; y si estamos angustiados, conocemos a Dios mucho más. De este modo, gradualmente llegamos a estar facultados para suministrar vida a los hijos de Dios en la iglesia."


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El viento sopla de donde quiere, 
y oyes su sonido; 
mas ni sabes de dónde viene, 
 ni a dónde va;
 así es todo aquel que es nacido del Espíritu.  
 Les he dicho estas cosas mientras estoy con ustedes.  
 Pero el Espíritu Santo, 
a quien el Padre enviará en mi nombre, 
los consolará
 y les enseñará todas las cosas, 
y les recordará todo lo que yo les he dicho.

Juan 3:8 y 14:25-26


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lunes, 17 de abril de 2017

Fragmentos. (Parte uno: Jesús)

¿Cuántos trozos tiene el todo de algo?
Como J. L. Borges se preguntara alguna vez " Todo lenguaje es un alfabeto de símbolos cuyo ejercicio presupone un pasado que los interlocutores comparten; ¿cómo transmitir a los otros el infinito Aleph, que mi temerosa memoria apenas abarca?  "
No puedo responder a muchas preguntas.
En realidad cada día leo más y sé menos.
Podríamos instuir ciertas aproximaciones, la pizza de domingo se dividirá en los comensales que haya.
A veces tres o cuatro.
El pan del desayuno se distribuye para que al día siguiente haya uno fresco de nuevo, los chilenos aman el pan recién salido del horno.
La tierra está compuesta de muchas naciones. Miro un globo del mundo y juego a buscar países ignorados, cada uno un fragmento que no conoceré, no me quejo, solo me embelesa saber que existen en la imposibilidad de cualquier viaje.  Con el tiempo he comprendido mis limitaciones.
Chile tiene 14 regiones, ninguna es igual a otra.
¿Cuántas partes se necesitan para formar un total notable?
Tal vez solo dos, o quizás muchos, o infinitos.
Depende de extrañas variables, el ánimo, el interés, la conexión, el momento, en fin.
Así que nos lanzamos a este mar de trozos, palabras que pueden hacernos soñar, viajar sin movernos del escritorio y edificar en nosotros la solidez de la fe en la belleza y la eternidad.

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Jesús:
" El Credo de los Apóstoles pasa apresuradamente por la vida de Jesús en un solo párrafo, comenzando con su nacimiento y saltando de inmediato a su muerte, descenso al infierno y ascenso al cielo. Un momento. ¿Acaso no falta algo? 
¿Qué sucedió en el intervalo entre su nacimiento de la Virgen María y su sufrimiento bajo Poncio Pilatos? 
Por alguna razón todo lo que Jesús dijo e hizo en treinta y tres años en la tierra queda descartado en la prisa por interpretar su vida. ¿Cómo pasó la vida aquí en la tierra? 
Los recuerdos de la Escuela Dominical de hecho me distraen de mis esfuerzos por imaginarme la vida diaria de Jesús, porque me la presentaron en escenas de inanimado franelógrafo. Ahí está enseñando. Éste es Jesús abrazando a un cordero. Ahora está hablando con una samaritana y miren, otra conversación con un hombre llamado Nicodemo. Lo que más sea próxima a la acción sucedía cuando los discípulos, en sus barcas miniatura, se balanceaban en el mar azul del franelógrafo. Recuerdo una escena de Jesús en el templo, con un látigo en la mano, pero no armonizaba con nada de lo que había aprendido acerca de Él. Desde luego que nunca lo vi en una reunión. En la Escuela Dominical pude haber aprendido hechos acerca de la vida de Jesús, pero como persona, siguió distante y en dos dimensiones. 
Las películas acerca de Jesús me ayudaron a que para mí adquiriera vida. Algunas de ellas, como Jesús de Nazaret de Zefirelli, procuraron a toda costa recrear ambientes fieles a los relatos evangélicos. A diferencia de las plácidas escenas en franelógrafo, las películas mostraban a Jesús en acción, rodeado de espectadores revoltosos que se empujaban para conseguir verlo mejor e insistir en sus reclamaciones. Al ver estas películas y volver luego a los evangelios, trato de ponerme en mi papel familiar de periodista, o por lo menos en su equivalente del siglo primero. Me mantengo al margen, escuchando y tomando notas, para captar algo de Jesús en mis reportajes, aunque al mismo tiempo consciente de que está produciendo un efecto personal en mí. ¿Qué veo? ¿Qué me impresiona? ¿Me perturba? ¿Cómo puedo transmitirlo a mis lectores?  
No puedo comenzar por donde suelo hacerlo cuando escribo un reportaje acerca de una persona, por describir el aspecto del personaje. Nadie lo conoce. Los primeros retratos semireales de Jesús son sólo del siglo quinto, y fueron simple especulación; hasta entonces los griegos lo habían presentado como una figura joven, imberbe, parecida al dios Apolo. En 1514 alguien falsificó un documento bajo el nombre de Publio Léntulo, el gobernador romano que sucedió a Poncio Pilatos, con esta descripción de Jesús: Es un hombre alto, bien formado y de aspecto amistoso y que inspira reverencia; su cabello es de un color difícil de igualar, y le cae en delicados rizos ...dividido en la parte alta de la cabeza, y le fluye hasta la frente según la costumbre de los nazarenos; la frente es alta, grande y majestuosa; las mejillas inmaculadas y sin arrugas, de un rojo encantador, la nariz y la boca moldeadas con exquisita simetría, la barba, de un color que armoniza con su cabello, le llega debajo de la barbilla y está dividida en el centro como una horquilla; los ojos azul claro, límpidos y serenos ... Reconozco a ese Jesús por los óleos que colgaban de las paredes de hormigón de la iglesia de mi infancia. El falsificador se traicionó, sin embargo, con su siguiente frase: "Nadie lo ha visto nunca reír." ¿Estaba leyendo los mismos evangelios que leo yo, documentos que no dicen ni una palabra del aspecto físico de Jesús pero que sí lo describen realizando su primer milagro en una boda, dando apodos a sus discípulos, y en cierto modo ganándose una reputación de "hombre comilón y bebedor de vino"? Cuando los piadosos criticaban a sus discípulos por ser negligentes en las disciplinas espirituales, Jesús contestó: "¿Acaso pueden los que están de bodas ayunar mientras está con ellos el esposo?" De todas las imágenes que hubiera podido escoger para su persona, Jesús se decidió por la del esposo, cuya felicidad alegra toda la fiesta de bodas. En cierta ocasión le mostré a una clase unas diapositivas de… "
(El Jesús que nunca conocí, Philip Yancey, 284 páginas, para seguir leyendo puedes verlo en:
http://www.iglesiagetsemanidemontreal.com/libros_cristianos.ws )