Más bien una observación, ¡por la flauta que somos quemados!
Tsunamis de mayor a menor cuantía, volcanes con muchas o pocas erupciones, aluviones en la pre-cordillera durante cualquier época, temblores, temblorcitos, temblorasos, de nuevo el virus zika, el precio del cobre se trabaja a pérdida y para rematar el baile ahora se nos deja caer la marea roja.
Una catástrofe para los sufridos pescadores del Sur de Chile, otro dolor de cabeza para el gobierno, ayuno de mariscos (además de algunos peces) para nosotros y baja de ingresos en los sectores relacionados con el mar.
Según un amigo de esos que les gusta la grandilocuencia, “es que algo nos quiere decir Dios”, afirma.
¿Será así?
¿Será Dios o nuestra ineficiente administración del medio ambiente?
¿Será Dios o la falta de previsión en las políticas públicas?
¿Será Dios o la “vista gorda” que se hace frente a la fiscalización en el cumplimiento de las leyes?
Derechamente creo que algún día tenemos que hacernos mayores y asumir la responsabilidad de nuestros actos sin seguir repitiendo la historia de nuestro antepasado que le lanzó la culpa a la mujer y la mujer a la serpiente.
¡Caray!, perdone Dios por endilgarle malas intenciones con su creación.
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SEÑOR, ¡qué numerosas son tus obras,
todas ellas nos muestran tu sabiduría!
La tierra está llena de tus criaturas.
todas ellas nos muestran tu sabiduría!
La tierra está llena de tus criaturas.
Allí está el mar, tan inmenso,
donde viven tantas criaturas.
Hay criaturas grandes y pequeñas;
son muchas, imposibles de contar.
donde viven tantas criaturas.
Hay criaturas grandes y pequeñas;
son muchas, imposibles de contar.
Salmos 104:24-25
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