viernes, 23 de septiembre de 2016

Noche de viernes


Los viernes chispean en el aire premoniciones
Se ajustan los vestidos
Se bajan los escotes
Se suben los tacones
Un poco de rubor artificial
Los labios entreabiertos, excitación
En el movimiento ondulante del cabello
Todos los bares abiertos de aquí hasta Alaska
Las botellas dispuestas en mesones de madera, plástico o vidrio
Chilenos, peruanos, colombianos, mexicanos
Pobres, ricos, clase media
Todos alzan una copa la noche del viernes
Agitan sus huesos al sonido de música que golpea los sentidos
Terminan yaciendo en amaneceres sin límite
Adrenalina en la sangre más allá de los bares.
Las noches de viernes también Dios busca su oveja extraviada… 





3 comentarios:

Susana dijo...

Tambięn aquí en España. Un beso.

Fernando dijo...

Las noches de los viernes son grandes, pero aún más lo son las de los sábados, en que no arrastras el cansancio del trabajo.

Y, sí, incluso en medio de la juerga Dios sigue llamando.

ojo humano dijo...

Susana, creo que en gran parte del mundo.


Fernando, espero que tengas un buen fin de semana. Incluyendo un buen descanso de viernes, porque no todos salen -obviamente-, de farra. También hay los que disfrutan sin excesos.