jueves, 14 de abril de 2016

Temblor y lluvia.

Los pronósticos corren de boca en boca.  Temporal de lluvia y viento es lo que se dice..
Lo que no esperábamos era el temblor,  nos despertó en la oscuridad de la madrugada.
Temblor seco, como un escalofrío sorpresivo.
Cinco punto tres.

Cada noche después del noticiero de TV, las personas esperan –tradición nacional- el informe del tiempo. Tal vez es una forma de sentir que están vivos o confirmar una vez más el trancurrir de las horas.
O asegurarse en qué estación estamos viviendo.
El pronóstico nos establece en la realidad, lo que no es menor para nuestra sanidad emocional.
Han regresado las lluvias en pleno abril.
Una amiga me pidió prestada una bufanda gruesa, estaba aterida.
He vuelto a sacar las calcetas de dormir, aunque suene un tanto exagerada.
Los locutores hablan del fenómeno de “la Niña” y otros tecnicismos de extraño lenguaje.
Nuestra vida está determinada por el clima.

¿Qué harán los árboles cuando se queden desnudos, vulnerados por el viento helado y la nieve?
¿Reposarán de sus esfuerzos coloridos y se ensimismarán hasta que pase la tempestad?
¿Quién los defenderá del torbellino que los desarraiga?
Miro cada día el cambio climático y me voy adaptando a ese acontecer, soy parte del total.  Un remolino de viento encerrado en mi patio destroza desde la raíz mi oloroso jazmín.

Escucho la llegada y la partida de cada estación, cómo se traslapan sutilmente, en el verano la brisa de la tarde pronostica el otoño, cada hoja en el suelo me avisa que debo preparar la casa para los días helados, que debo aquietar el movimiento y vivir menos presurosa.
Unas horas son  lentas y amarillas, otras luminosas como una playa abrasada a la hora de la siesta.
Más que las fechas en rojo del calendario, las estaciones invitan a vivir en la cadencia natural del día a día. Más que los onomásticos está una y otra estación, inalterables.
Escucho la lluvia cuando la mañana se levanta.
La observo, la respiro, sin prisa, agradecida.
¿Está tu corazón en paz?



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 "Él decidió con qué fuerza deberían soplar los vientos
    y cuánta lluvia debería caer.  
Hizo las leyes para la lluvia
    y trazó un camino para el rayo...

 
 Esto es lo que Dios dice a toda la humanidad:
“El temor del Señor es la verdadera sabiduría;
    apartarse del mal es el verdadero entendimiento”

Job 28:26-28 (NTV)
 

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4 comentarios:

Fernando dijo...

Es uno de los mayores regalos que nos hizo Dios, Ojo Humano. El tiempo podría se siempre igual, los árboles y las flores podrían ser iguales los 12 meses del año, pero Él quiso que no fuera así, que hubiera invierno y verano, frío y calor, hojas verdes y hojas rojas, flores con flores y flores sin flores. Cada cambio de estación nos recuerda que Él existe y que ha diseñado la Naturaleza como un artista.

En Madrid no acaban de irse ni el frío ni la lluvia; al menos no hay temblores, gracias a Dios.

El corazón nunca está en paz del todo, Ojo Humano. Es suficiente con que no esté en guerra civil, creo, o en guerra contra los demás.

Susana dijo...

El frío y la lluvia son normales. Los temblores no. Un beso.

ojo humano dijo...

Fernando:
Es una alegría leerte. Siempre me animas, gracias por eso.
Sí, somos agradecidos de la bondad de nuestro Dios. Me alegro mucho que no tengas temblores y que no haya guerra en tu corazón.
Hay esa bella bienaventuranza: "Felices los pacificadores", que eso sea una realidad en nuestro entorno. Buen fin de semana.

ojo humano dijo...

Susana: Para los chilenos ya los temblores menos de 6 grados no impresionan. Apenas nos detenemos a esperar que pase o venga más fuerte. Depende de eso reaccionamos a zonas de seguridad o seguimos en lo que estamos.
Que tengas un lindo fin de semana, acá con una lluvia agradable, nada de temporales agresivos.
Un abrazo.